EXITO, AMOR, FELICIDAD (SEGUNDA PARTE)
RUTH 2:8-11;
14-16
"Y Booz le
dijo a la hora de comer: Ven aquí, y come del pan, y moja tu bocado en el
vinagre. Y
ella se sentó
junto a los segadores, y él le dio del potaje, y comió hasta que se sació, y le
sobró. Luego se levantó para espigar. Y Booz mandó a sus criados, diciendo: Que
recoja también espigas entre las gavillas, y no la avergoncéis; y dejaréis
también caer para ella algo de los manojos, y lo dejaréis para que lo recoja, y
no la reprendáis”.
En
tiempos de aquellos jueces cuando cada uno hacía lo que bien le parecía
hallar un individuo así con una propiedad y empleados tan llenos de Dios, era
algo muy raro, una maravilla. Se hubiera podido caminar por todo Israel y se
hallarían a todos los propietarios secularizados y materializados hasta las
orejas, con mucho de comercio, extorsión y superstición, pero nada espiritual
en las labores, nada de Dios.
Se
mira la gran piedad que tenía Booz por el modo en que trató a aquella mujer
extranjera. Ordenó a sus empleados que no la molestasen (v. 9) ni la
avergonzasen (v. 15), ni la reprendiesen (v. 16) o sea que no la
hirieran verbalmente ni la discriminasen por ser extranjera. Cuando supo por medio de los que la conocían
el valor que ella tenía para la familia y sus cualidades laborales, porque
amaba a su suegra y trabajaba sin descanso. Luego le abrió una serie de
oportunidades sentándola a la mesa para que comiese su pan (v. 14),
ordenando a sus siervos que dejasen caer algunos manojos para que ella los
recogiera y facilitara así el éxito en su rebusco. Rut era una extranjera
virtuosa y Booz también.
Hombres
y mujeres estaban contentos de trabajar con él; cuando un empleador prospera en
su negocio hace que prosperen también los que emplea, si no es un explotador y
un mal cristiano. Cuando el dueño de una compañía, una empresa o un comercio,
refleja en su carácter las bellezas de Cristo, sus empleados se sienten a gusto
en trabajar para él y realizan mejor la labor porque es cristiano y no
incrédulo (1 Ti 6.2) (Ef 6.5-9). Booz, como se dice en el v. 20 tuvo en su
carácter mucho de nuestro Amado Redentor, más bello que el redentor de Rut la
moabita, como el Redentor de Job. ¿Tienes tú un Redentor? Repito lo que dije al
principio, las dos sendas para el éxito y
la felicidad son el amor y trabajar duro.
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