Si el culto es bíblico no es cansón ni repetitivo
“Levantó un altar de piedras sobre el cual no
había alzado herramientas, y ofreció sacrificios” (JOSUE 8:30-35).
TEMPLO BAUTISTA MARIEL MI RINCON QUERIDO |
Esta es una victoria
que con mucho esfuerzo obtuvieron, la primera después de la inauguración en
Jericó, pero no hicieron una fiesta, no se repartieron tortas, vinos y carnes,
sino que tuvieron un culto a Dios para agradecerle por lo que había prometido.
Nota que el culto se presenta sin alabanzas, alrededor de la lectura de la Ley
y con sacrificios. Su énfasis es el apego de Josué a la Escritura (vv.32-35).
¿Estuvo cansón? ¿Fue repetitivo? ¿Tanto tiempo leyendo la Biblia solamente, sin
anuncios y música? ¿No van a empezar a cambiar los pies de posición, o moverse
en las sillas y respirar hondo, mirar el reloj de Acaz y desear que se atrase,
o se adelante? (Isa.38:8), porque hay otras cosas que hacer que no son
precisamente leer la Biblia sino de otro tipo que no pueden esperar a que se
termine una reunión que parece no tener fin, ¡y si al menos la hicieran más
alegre con anuncios, chistes y solos musicales!
El altar era de piedra
sin que se hubieran usado herramientas para ponerlo bonito y atractivo. Pero
nada de eso se usó en aquella ocasión sino sólo los sacrificios, la sangre de
la expiación, símbolo de la de Cristo, y leer la Biblia. Por supuesto, que, si
el lector le introduce pequeños comentarios, quiero decir, si predica
expositivamente, se hubieran podido olvidar de todos los apuros que tenían en
la cabeza como si el tiempo no pasara. El centro de aquella reunión, lo
importante era que el pueblo supiera que había bendiciones que podían recibir o
perder si era obediente o no. Los que tienen buen gusto por los misterios de la
palabra de Dios, los que no tienen gustos carnales, se pueden sentar todo el
día oyendo sus explicaciones y se pasa por alto que el discurso se alargue
hasta el amanecer y que uno que otro cansado Eutico se duerma, y haya que
resucitarlo. No tendrán que abrirse los ojos con los dedos hasta el amén.
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