Esfuerzos ecuménicos, un aspecto central
Hechos 23:6-10
"...se me juzga a causa de la esperanza de la
resurrección de los muertos".
La esperanza de la resurrección que
aquí mencionó, aunque todas, es la de Cristo, porque él afirmaba que estaba
vivo (24:14,15;25:19). Apenas se puede negar que el apóstol haya usado de
astucia para defenderse; ¿acaso no puede batallar como hombre con esas fieras?
(1Co.15:32) ¿Hubo insinceridad cuando afirmó que era fariseo? No, siempre
retuvo aquello que del fariseísmo había aprendido como bueno; muchas doctrinas
que le fueron enseñadas dentro del fariseísmo las retuvo una vez convertido a
Cristo, pero lo que no hizo como ellos fue practicar la hipocresía que practicaban, ni hacer la ley un modo de
justificación que consideró como basura (Flp.3:5,6). Pablo y los fariseos, excepto
en Cristo, tenían muchas doctrinas en común, casi tenían un mismo credo.
Sin embargo, lo que parecía poca distancia entre ellos era todo un abismo,
tanto profundo como la cruz.
Hubieran estado más cerca si hubiesen pensado
igual de Cristo aunque no llegase a un acuerdo en otros puntos. ¿No es eso un
aspecto central en los esfuerzos ecuménicos? Sí, ese aspecto central tiene que
ver con Cristo, quiero decir con las doctrinas de la salvación,
estrictamente aquellas enseñanzas aceptando las cuales una persona se salva o
rechazando se pierde. Las sectas religiosas y todas las religiones se miden por
Cristo. Pablo y los fariseos nunca firmaron juntos algún credo, ni hicieron
prosélitos bajo un mismo equipo porque aunque tenían mucho en común las
diferencias eran básicas. Él era cristiano y ellos no lo eran. Y en casos de
actualidad ¿cómo formar una desigual hermandad mirando con solo medio ojo de
amor los que exageran con judaísmo el sábado, las buenas obras o rinden culto a
grandes cristianos de la era apostólica como María, Juan el bautista o
beatifican en cada siglo dos o tres caras famosas? Imposible.
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