Lo que le dijo David a Pablo, Agustín y a Calvino
Salmo 5:9
“Porque en la boca de ellos no hay sinceridad; sus
entrañas son maldad, sepulcro abierto es su garganta, con su lengua hablan
lisonjas”.
“Jehová, sepulcro abierto es la garganta de ellos”. Más o menos eso
quiere decir. En vez de continuar pidiendo por sí mismo sigue describiéndolos como
si Dios no supiera quiénes son, o porque necesita su alma decirle a alguien, y
no hay nadie mejor que Dios, la mala opinión que tiene de ellos. Es a Dios a
quien hay que decirle el mal concepto que tenemos de algunas personas, no a
otros. Cuando uno le dice de otro a Dios lo que no tiene que decirle a nadie
más, no peca. Según Pablo, Dios le permitió a David contemplar de cerca la naturaleza
humana; y no sabía que estaba poniendo el fundamento teológico escritural de “la
completa depravación del hombre”, la salvación por la gracia y la justificación
por la fe, suministrándole el material a Pablo, Agustín y Calvino (Ro. 3:13).
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