Un ministro impostor
Jueces 18:3-6
“Cuando
estaban cerca de la casa de Micaía, reconocieron la voz del joven levita; y
llegando allá, le dijeron: ¿Quién te ha traído acá? y ¿qué haces aquí? y ¿qué
tienes tú por aquí? El les respondió: De esta y de esta manera ha hecho conmigo
Micaía, y me ha tomado para que sea su sacerdote. Y ellos le dijeron: Pregunta,
pues, ahora a Dios, para que sepamos si ha de prosperar este viaje que hacemos.
Y el sacerdote les respondió: Id en paz; delante de Jehová está vuestro camino
en que andáis”
Este es un
ministro impostor. ¿Qué credulidad es esa, consultar como si fuera Dios a un
ministro teológicamente incorrecto? Si tiene un altar con varios íconos en su
casa, lo cual prohíbe la ley de Dios, ¿cómo crees tú que Dios hablará por medio
suyo? Sigue su historia y verás que no es ministro por vocación sino porque
buscaba un empleo (17:7-8). Era capaz de aceptar cualquier doctrina con tal de
proveerse algún bocado, desechando la buena conciencia. Quizás dices, ¿es que
no había nadie más? ¡Cómo no, en todas las épocas Dios no se ha dejado sin
testigos! Sólo tienes que tratar de localizar alguno. Averigua por alguno
primero, que hayas oído que es un ministro vocacional, que no lo es
porque tiene ese empleo sino porque en verdad ama su ministerio, y servir de
bendición de Dios para los hombres.
Segundo,
entérate cuáles son sus doctrinas. Si afirma que es un sacerdote de
Jehová, que pertenece a la tribu de Leví, pero adora, respeta o venera ídolos,
como quieras llamarlo, no lo consultes, Dios está enojado con ese desobediente
pues levanta imágenes en su casa, o en su iglesia, lo cual es pecado hacerlo
(Ex. 20: 4); es idólatra y los idólatras no entrarán al reino de los cielos
(Efe. 5: 5; Apc. 21: 8). Si un sacerdote está excluido él mismo del reino de
los cielos; ¿cómo crees que podrás consultarle sobre tu futuro y podrá darte la
buena palabra de Jehová? Y aun más, ¿cómo le contarás tus faltas, le
desgranarás uno a uno tus pecadillos y le implorarás el perdón divino, porque
contra él no has pecado, si él no está arrepentido de su idolatría? Si confías
tu futuro en las manos de un ministro teológicamente equivocado serás como él y
correrás su suerte.
Preguntas, ¿es
la doctrina importante? Claro que sí lo es. Si la doctrina no es correcta dará
un falso testimonio de Dios. No importa cuán popular sea el ministro, como
seguro que fue este levita que le identificaron por su voz, por su acento
sacerdotal, si sus doctrinas son opuestas a la palabra de Dios, no debes
consultarle como si fuera Dios.
Si sigues leyendo más abajo, 18:18-20,
encontrarás que los de Dan le ofrecieron un trabajo más amplio, con más gente y
mejor remuneración, y pronto aceptó, llevándose consigo sus íconos, como si
fuera indispensable cargar con ellos para llevarse a Dios. Los ojos se le
iluminaron al antiguo ministro ambicioso y se dispuso a desempeñar
idolátricamente su oficio entre un grupo más numeroso, que no le importaba para
nada la doctrina de su sacerdote con tal que, según ellos, fueran un
representante de Jehová en medio del pueblo. Falso, por supuesto.
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