La flexibilidad de la providencia
Mateo 24:20
“Orad para que vuestra huida no suceda en invierno, ni en día de reposo. Y si aquellos días no fueran acortados, nadie se salvaría; pero por causa de los escogidos, aquellos días serán acortados”.
“Orad para que vuestra huida no suceda en invierno, ni en día de reposo. Y si aquellos días no fueran acortados, nadie se salvaría; pero por causa de los escogidos, aquellos días serán acortados”.
Dios
tiene un margen amplio y muchas alternativas para responder nuestras oraciones,
y eso lo vemos cuando recomienda a sus discípulos que oren para que la huida de
ellos en el desastre de Jerusalén no fuera durante los difíciles días de
invierno o en día de reposo y no tuvieran ese impedimento levítico. Nadie tiene
todas las soluciones sino Dios, ni más caminos que él, ni modos, ni formas, ni
medios. Mira cómo el Señor les dijo que podían pedir menos aflicciones y que se
hicieran más cortas (v.22). Cristo muestra su compasión hacia nosotros
reduciendo la aflicción. David no dice no nos enfermaremos sino que Jehová “mullirá
su cama”, como hace una enfermera con el lecho de un enfermo para que esté
cómodo y se sienta mejor (Sal.41:3). En
otro lugar el mismo David no dice que el creyente no da un resbalón jamás sino
que no “resbalará mucho” (Sal.62:2), no será estremecido demasiado. Lo negará
“tres” veces, no cuatro o cinco porque eso sería demasiado para su testimonio y
fe. La tentación tiene un límite que no excede a nuestra fe y no nos desgarre
demasiado (1Co.10: 13).
Me
parece a mí, tal vez también a usted, es como si nos diera alternativas a nuestro destino, a
nuestra fe; como si tuvieraa un millón de opciones dentro de su mente y nuestra providencia, y ella no
fuera algo rígido sino flexible; como si el número de situaciones, reducciones
y ampliaciones fuera innumerable. En eso pensaría Jesús cuando dijo, “si es posible pasa de mí esta copa”; pensó que
si Dios quisiera hay siempre esa posibilidad de cambiar el destino de uno
porque para él “no hay nada imposible”.Y sigo creyendo en la pre-destinación.
¿Quieres
un ejemplo? Lee 2 Re. 20:1-7, “en aquellos días Ezequías cayó enfermo de
muerte. Y vino a él el profeta Isaías, hijo de Amoz, y le dijo: Así dice el
Señor: "Pon tu casa en orden, porque morirás y no vivirás." [2]
Entonces él volvió su rostro hacia la pared y oró al Señor, diciendo: [3] Te
ruego, oh Señor, que te acuerdes ahora de cómo yo he andado delante de ti en
verdad y con corazón íntegro, y he hecho lo bueno ante tus ojos. Y Ezequías
lloró amargamente. [4] Y aconteció que antes que Isaías hubiera salido del
patio central, vino a él la palabra del Señor, diciendo: [5] Vuelve y di a Ezequías,
príncipe de mi pueblo: "Así dice el Señor, Dios de tu padre David: 'He
escuchado tu oración y he visto tus lágrimas; he aquí, te sanaré. Al tercer día
subirás a la casa del Señor. [6] 'Y añadiré quince años a tu vida, y te libraré
a ti y a esta ciudad de la mano del rey de Asiria; y defenderé esta ciudad por
amor a mí mismo y por amor a mi siervo David.' "[7] Entonces Isaías dijo:
Tomad una masa de higos. La tomaron y la pusieron sobre la úlcera, y sanó.
El
rey se iba a morir, estaba decidido por Dios, sin embargo su oración lo salvó de
la enfermedad, y Dios dijo: “Bien, añadiré 15 años a tu vida y después de ese
tiempo te recojo”; y fue así, le dio para atrás al reloj y el buen rey siguió
viviendo un tiempito más (Isa.38:8). Dios establece la enfermedad con la que
nos va a llevar y dice ésta, y de este modo para que glorifique su nombre, como
le dijo a Pedro, y como le pasó al profeta Eliseo (2Re.13:14); pero si quiere
cambiar el tiempo de morir y la clase de enfermedad, el tiempo de su duración o
el lugar donde nos entierren, puede hacerlo y hasta la cantidad de canas de que
uno ha de llevar en la vejez y cuándo comenzarán a salir porque él es el autor
de ellas (Mt.5:36). Viejo, cuando se mire en el espejo piense en eso. En fin, si nuestro destino está escrito se halla dentro de
la voluntad activa de Dios y ella es recta pero condescendiente y pudiera barajar consigo mismo nuestra providencia.
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