Hay que estar loco para dejar a Dios
Deu.32:6
“¿Así le pagas al Señor, pueblo insensato e
ignorante?”.
O, “así le tratas” “así le retornas” sus
bendiciones. “…pueblo loco…” o insensato, estúpido, malo y perverso. Como los
tontos en sus decisiones son semejantes a los locos, opto por esa traducción.
Cuando alguien actúa mal uno dice “estas loco”. ¿Ignoras que su benignidad te
guía al arrepentimiento? (Ro.2:4; 1Co.15:10). Hay que estar loco para dejar a
Dios; caer en la demencia colectiva de las sociedades y pueblos del mundo, que
enloquecidos por la secularización y materialización de la vida han dejado a
Dios. Cuidado con la psicosis de las masas humanas porque ancho es el camino
que lleva a la destrucción.
¿Tan mal te ha ido con Dios? ¿Qué te han
ofrecido que sea mejor? ¿Quién ha hecho por ti más? ¿Por cuál dios lo
cambias? No se puede servir a dos señores; no se puede servir al Señor y a las
riquezas. ¿Qué delirio tienes, locura que te ha cautivado los sentidos y te
lleva a actuar irracionalmente? Vuelve en ti (Luc.15:17). Dejar a Dios es una
locura y también ignorancia, sin un ápice de sentido común. No lo dejas porque te hayas hecho más sabio,
corrupciones intelectuales, sino por impulsos pasionales. ¿Será mentira y habrá
algo que sería más convincente que el Dios de tu historia y tu experiencia? Es
una colosal locura negar al Creador, abandonar al Salvador, dejar de vivir sin
el Espíritu Santo. Si te cabe duda pregúntales a los ancianos cristianos o lee
la Biblia, y te dirán que mereces el premio de la insensatez (v.7).
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