El cristiano es como el viento
Marcos 2: 21, 22
“Y nadie echa vino nuevo en odres viejos, porque entonces el vino romperá el odre, y se pierde el vino y también los odres; sino que se echa vino nuevo en odres nuevos”.
El cristianismo enseñado por Jesús es una doctrina de libertad; tiene sus orígenes dentro del judaísmo, pero no es lo mismo. El judaísmo aunque está lleno de promesas para el mundo no fue hecho para el mundo sino para los judíos; si queremos usar la ley judía los gentiles hay que interpretarla por el evangelio y no a la inversa pero si mezclamos la ley de Moisés con el evangelio, el evangelio se pierde. El evangelio debe echarse en moldes nuevos, en nuevas formas de vivir la vida de Dios y nuevas formas de adoración. Todavía es algo nuevo, hermoso, vivo, lleno del Espíritu Santo, alegría y vida.
El evangelio no es la ley de Moisés sino la ley de Cristo (1 Co. 9:21). Dos cosas de las cuales hay que librarse como ritual, del ayuno y del día de reposo o sábado. Cristo es el Señor (vv.10, 27). El apóstol Pablo principalmente peleó mucho para que los cristianos no volvieran a la ley de Moisés, lo mismo que el autor de los Hebreos; quizás Lucas que viajaba con Pablo. El evangelio tiene su propio molde, el Espíritu, no hay otro. No hay ceremonias ni obras para salvarse, no hay códigos de leyes para cumplir, no hay un programa que seguir, en el evangelio sus prosélitos reciben una nueva vida, son creados por Dios para vivir de una forma diferente. No dejan el pecado ni son mejorados en sus vidas naturales sino que con la recepción del Espíritu comienzan a ser nuevas criaturas y a vivir como Dios quiere. Es un nuevo nacimiento obrado por el Espíritu. La vida en el Espíritu es una vida de fe en la Palabra de Dios. La fe es lo único que cuenta.
Cristo revolucionó completamente el sistema judío y entró abruptamente dentro suyo quebrándolo todo con sus palabras al decir que “el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados” (v. 10); con lo cual indicó que en su persona resumía todas las ceremonias, los sacrificios, todo el poder de la religión. Ese cambio del judaísmo hacia él lo hizo en virtud de su señorío. Vino enviado por Dios para poner a un lado la letra y concluir con un plan distinto de salvación (2 Co. 3: 6). El es el fin de la ley (Ro. 7: 4; 10: 4; Ga. 4: 5. El ayuno, que en el capítulo se menciona, ya no será igual, una obra de la ley, sino una práctica ocasional que toma su efectividad de la fe y del Espíritu pero que no es nada sin oración; y el sábado lo mismo, el ritual semanal es cambiado totalmente hacia su Persona. Un solo día ya no tiene importancia sino todos y ninguno (Ro. 14: 5; Col. 2: 16, 17).
No hay salvación en el sábado, ni en el domingo, ni en el lunes, la salvación se halla en Cristo; y no se va hacia él por medio del ayuno o abriendo el sábado semanal sino por la fe en El. No más religión, no más preceptos, no más ceremonias ni rituales sino el Espíritu, la libertad del Espíritu (1 Co. 9: 19; 2 Co. 3: 17). El que se halla por la fe en Cristo es inocente de cualquier violación de la ley ceremonial porque él es “mayor que el templo” (Mt. 12: 5, 6); y puede profanar el sábado, según la ley, porque Cristo es mayor que el sábado y es Señor del sábado (2: 28).
El evangelio es ese vino nuevo del cual habló y no debe echarse en ningún molde por sagrado que sea. El odre nuevo es el evangelio y quizás la iglesia. El cristiano es como el viento, como el Espíritu, como el agua, libre para quien lo únicamente importante es Cristo. Si mezclas el evangelio con la ley, el evangelio se pierde. Aquí se llama vino nuevo. El evangelio debe echarse en nuevos moldes, nuevas formas de vivir la vida de Dios, nuevas formas de adoración. Oh sí, todavía es algo nuevo, hermoso, vivo, lleno del Espíritu Santo, alegría y vida (vv. 10, 20, 27).
Qué buena entrada Humberto!
ResponderEliminarEsta tarde he estado leyendo blogs mesiánicos, y es triste ver cómo sostienen que Jesús era un fiel observante del sábado, de la halakah, etc...
Con lo cual viven una terrible contradicción, aseguran que la Ley mosaica ha pasado, pero respetan aquella ley -oral- que se emplea para interpretar...
La mosaica.
:\
Renton, eres un buen apologista; es magnífico que “contendáis ardientemente por la fe una vez dada a los santos” porque ella describe el camino de “nuestra común salvación” (Judas 1:3); me sugeriste poner una entrada sobre este asunto y lo hice sobre ese versículo de Judas. Puedes leerla si quieres.
ResponderEliminar¿Hay muchos judíos mesiánicos en Cataluña?
¿No son ellos hermanos de los pre-milenarios, y primos de los adventistas? Dime algo sobre sus doctrinas.
Humberto:
ResponderEliminarme sugeriste poner una entrada sobre este asunto y lo hice sobre ese versículo de Judas. Puedes leerla si quieres.
Voy pa'llá! :D
Humberto:
¿Hay muchos judíos mesiánicos en Cataluña?
¿No son ellos hermanos de los pre-milenarios, y primos de los adventistas? Dime algo sobre sus doctrinas.
En toda mi vida cristiana solo me he encontrado con dos mesiánicos, pero que en sus creencias eran perfectamente reformados.
Los mesiánicos de los que te hablaba eran norteamericanos, les leí en la blogosphera, y sus doctrinas son bastante confusas.
Que me perdonen si lo que digo no es verdad, pero suenan bastante etnocéntricos, de ahí su renuencia a abandonar ciertas costumbres incompatibles con una Gracia redentora.
Son nuevas criaturas que se aferran a su antiguo estado, mariposas que se arrastran como gusanos.
No están bajo la Ley mosaica, pero dado que consideran que Jesús se ajustó a la halakah, ellos creen que deben hacer lo mismo, lo cual no solo es falso sino un disparate mayúsculo.
En fin, creo que se están redescubriendo pues su identidad es confusa: son judíos que creen lo mismo que los cristianos pero que no quieren abandonar una judeidad incompatible con sus creencias.
Tiempo al tiempo...
Oh, no lo veas así, no lo leas así, lejos esté de mí ser tan tortuoso y ofenderte discretamente. Lo siento. En cuanto a la diferencia entre resurrección y redención, aparentemente son idénticas, y yo las separé porque conecta mejor con el sueño un despertar resucitado que una compra pagada, que implica la redención, o una liberación, o cualquier otro significado por ese camino. El propósito fue como ya he dicho, mirar los dos términos estrictamente, no obstante no quiero tener la costumbre de ser contencioso. Es cierto que la resurrección es la restauración de todas las cosas como tú dijiste. Abrazos.
ResponderEliminarClaro Humberto, era broma! :D
ResponderEliminarRecuerda que te pedí tu opinión, no que me dieras la razón.
:]
¡Ay, qué vergüenza me da!
ResponderEliminarNooooooooooooo hermanito, todo ok!
ResponderEliminar:D
¡Gracias, esta noche puedo descansar en paz (EPD)!
ResponderEliminarY cuando el odre nuevo vuelve a leer la ley mosaica, le encuentra el sentido espiritual que siempre tuvo?
ResponderEliminar¡Oh sí Viviana!, hacer el viaje desde el Nuevo Testamento hacia el al Antiguo Testamento, claro con el conocimiento del evangelio, e ir alumbrando todas esas sombras de Cristo y hallándole su significado, es maravilloso, y ese Viejo Libro se humaniza, se hace universal, se vuelve cristiano. Afectos para tus hijos.
ResponderEliminarEso era lo que quería leer, gracias pastor por confirmar algo que me venía rondando hace tiempo!
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