No conviertan a la santa en diosa
Lucas 11:27-28
27 Mientras él decía estas cosas, una mujer de entre la multitud levantó la voz y le dijo: Bienaventurado el vientre que te trajo, y los senos que mamaste. 28 Y él dijo: Antes bienaventurados los que oyen la palabra de Dios, y la guardan.
En el evangelio de Lucas la madre del Señor es mencionada con más extensión que en los otros tres; y eso quizás porque pudo ella haber sido una de las fuentes de información usadas en la investigación hecha por el evangelista; y de otro modo también porque parece que ella disfrutaba de una bien merecida reputación (1:28), de la cual no era ajena, “desde ahora me dirán bienaventurada todas las generaciones” (1:48).
Ella conocía su privilegio y distinción, sin que se sintiera que fuera mejor que las otras mujeres, sino que por la gracia de Dios estaba junto a todas y no en un altar enfrente (Hch. 1:14).
Jesús procuró que también ella quedara sujeta a la palabra de Dios, el evangelio, y no sobre él ni que lo sustituyera, ni fuera considerada por sus privilegios mejor que todos los que lo guardan (v. 28). El público la amaba y cada vez que quería darle una posición en la iglesia por sobre los hermanos, Jesús la bajaba y la colocaba al mismo nivel que sus hermanos en la fe (Luc. 8:19-21).No los dejaba que construyeran un altar junto a la Biblia.
Esta mujer que gritó fue una de esas admiradoras de la madre del Señor, sin embargo, bien entendido lo que dijo, a quien estaba exaltando era a él y no a ella; era una forma de engrandecerlo mencionando el hecho que hubiera nacido, bendiciendo el día que lo dieron a luz.
Es en Navidad cuando más cuidado hay que tener al destacar los personajes bíblicos de esa época, sobre todo con ella, no sea que la continuación de aquél cariño y veneración se invierta y despoje a su Hijo y el evangelio de la superioridad que ellos tienen por encima de la “bienaventurada”, y la santa y fiel mujer se convierta en una diosa, no sólo en madre de Jesús sino de Dios (exagerando el sentido que le dieron los obispos a esa definición en el concilio en Efeso, 431 d.C.) y de la iglesia; la llamen "inmaculada", sin pecado concebida como su Hijo Jesús (8 diciembre 1854), que murió y resucitó como él, ascendiendo al cielo (fechas de proclamación, 800, 1758, y en 1 Noviembre de 1950 es proclamada por la Iglesia Católica como una doctrina necesaria para la salvación).
Así con indebido entusiasmo, el error evolucionó hasta que fuera coronada como "reina del cielo, Mediadora e Intercesora" de todos los cristianos, y tan importante como su Hijo Jesús, o más que él.
Este post ayudaria a muchos Mexicanos... son marianistas por excelencia.. .:S... aunque más bien creo que es por deficiencia... de conocimiento...¬¬
ResponderEliminarDios lo quiera, Huerta. Cópialo y envíaselo a tus amigos que tienes en la lista de correos.
ResponderEliminarHoy precisamente platicaba con una conocida que es altamente religiosa en el aspecto del post, y le comentaba que si María fuera la madre de Dios, estaba despojando a Dios de sus atributos divinos como Eterno -sin contar los demás-, porque entonces tendría un principio y un fin. Que fue la madre de Dios Hijo, pero que era tal como nosotros en el aspecto de la humanidad, para nada de divinidad para que se cumpliera Ga. 4:4. Pareciera que poco a poco va entrando un poco de luz a su cabeza. Muchísimas gracias por la reafirmación en este post, que tal como dice Luis Huerta, es tan necesario para muchísimos mexicanos.
ResponderEliminarUn saludo afectuoso.
Estupendo, Isa, ese “México, lindo y querido”, necesita muchísimo de la Palabra de Dios, más que seguir ganando en el fútbol. Anotarle goles a la idolatría y a la violencia, cosas diabólicas que intentan ponerlo feo. Y no sólo tu bello país, este también, y todos los que quedan al sur. Que Dios te bendiga hermana.
ResponderEliminarNo ha visto la entrada nueva de mi blog. :P Bendiciones.
ResponderEliminarHermano Huerta, en tu blog, has escrito una entrada muy bonita, te felicito, sigue esforzándote en fervor, calor y santidad como veo que procuras, y el Altísimo será contigo. Sigue escribiendo y perfeccionando tu literatura como hasta ahora, bendiciones.
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