Llega a la playa un nuevo pastor
Jonás 2: 8
“Los que siguen vanidades ilusorias su misericordia abandonan”.
Otra versión dice que los que confían en ídolos. Ídolos pueden ser algo distintos a estatuillas. La palabra en el original significa “destrucción, mentiras, engaños, vanidades e idolatrías”. Esas palabras son muy sagradas porque son partes de una oración hecha por el profeta Jonás dentro del vientre del pez, o como él le llamó dentro del Seol, o sea, desde su tumba. Similarmente cuando uno envejece y se acerca a su salvación (en lo cual también pensó Jonás, 2:9), se da cuenta que aparte de la muerte misma y de Dios todo lo demás es ilusión, está sujeto a decaerse, marchitarse, afearse y corromperse. Pasa. Se va. No queda. El oro y la plata llegan a estar “corroídos” y se “oxidan” (Santiago 5: 3); la belleza pierde su luz y se opaca y termina envejeciendo. Nadie en su muerte se lleva consigo ropas, fama, fortuna y títulos.
Jonás habiendo pasado por el sepulcro salió a la superficie de las aguas transformado y como un ministro renovado, cambiada su opinión de las cosas, mirando el mundo de una nueva manera, a través de la muerte, la oración, de Dios y la resurrección, y concluyó que el recorrido perfecto de la existencia humana era la voluntad de Dios y no los caprichos, preferencias o prejuicios personales. Aunque el buen Spurgeon en un sermón le llamó, sin ofensas, torpe y cazurro, el pequeño profeta llegó como náufrago a la playa al tercer día de estar en el Seol, siendo un nuevo pastor, con una teología diferente y pesando y valorando distinto las cosas, viviendo en el mundo “sin estar en el mundo”, como un ser fuera de él, ajeno, dominado por los "poderes del siglo venidero", un resucitado en una era de muertos y convencido que es una locura preferir este cuerpo decadente a una nueva habitación celestial, y alejarse de Dios por vanidades transitorias e ilusorias.
Hmm, coincido con Spurgeon, Jonás es el ejemplo del creyente más preocupado por su propio prestigio (sabía que Dios es misericordioso y si los ninivitas se arrepentían, Él les perdonaría) que por cumplir la Voluntad de Dios, de ahí su enfado final.
ResponderEliminarMuchas veces he pecado de Jonás cuando he decidido callar en una prédica de calle porque las personas que estaban en la plaza o esquina podrían burlarse de mí.
Me ha preocupado más mi prestigio -el miedo a quedar en ridículo- que el cumplir el llamado de predicar el Evangelio.
Pero divago, el asunto es que creo que es un tanto desafortunado describir a Jonás como renovado y viviendo en el mundo sin estar en el mundo, especialmente teniendo en cuenta el modo en que acaba el librito.
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"Pero divago, el asunto es que creo que es un tanto desafortunado describir a Jonás como renovado y viviendo en el mundo sin estar en el mundo, especialmente teniendo en cuenta el modo en que acaba el librito".
ResponderEliminarRenton, lo que dices de Jonás y de mí es cierto, pero de todos modos aunque tú seas más objetivo que yo y el capítulo siguiente te da toda la razón, concédele por su oración y tu compasión que el fantástico y divinamente consentido profeta tuvo que haber mejorado un poquillo.
Humberto:
ResponderEliminarlo que dices de Jonás y de mí es cierto
De usted no he dicho nada!
Que sepa que le tengo un gran respeto.
Humberto:
tuvo que haber mejorado un poquillo
Sin duda alguna.
Dios no llama como profeta a alguien que más tarde se perderá.
Que Jonás no entendiera las palabras de Dios no le hace muy diferente de otros profetas, ya sabe, no malinterpretó Elías -el representante de los profetas- las palabras de Dios cuando el Señor le dijo la primera vez, Qué haces aquí Elías?
Podríamos encontrar más ejemplos de incomprensión de la Voluntad divina a lo largo de Antiguo y Nuevo Testamento.
No, Jonás no fue diferente.
:]
pastor me encanta esta entrada, yo creo igual pues el profeta apredió muchas lecciones creo yo, tanto después que salío del vientre del pez como despúes que Dios perdonó a los ninivitas. Bendiciones.
ResponderEliminarpastor me encanta esta entrada al igual que usted yo creo que el profeta aprendió la lección después que salió de vientre del pez como durante el resto de su vida. Bendiciones
ResponderEliminarAun cuando quizás yo ya este tarde a la conversación, algo que me maravilla mucho de DIOS y de el porque lo tenemos que Adorar, y digo lo tenemos, porque Amaras a DIOS por sobre todas las cosas es un mandamiento, y cuando te le acercas siendo Omnipotente y Todo lo demás te intimida un poco o más bien diría un mucho, Que en su infinito Amor, te lleva de paso a paso de gloria en gloria como por el Espíritu, sin que nuestra relación con Él se vuelva hipocresía, te deja ser quien eres, te deja creer lo que quieras y pensar lo que piensas, mas con lazos de amor te convence, con las Palabras más dulce que existen te atrae y cuando te manifiesta su amor, no te obliga a aceptarlo pero te hace desearlo con todo tu ser.
ResponderEliminarMucho he leído de como Jonás no quería que lo ninivitas fueran salvos y de cómo sabiendo que si les llevaba el mensaje de DIOS se arrepentirían, y como DIOS lo lleva a darles esa Palabra viva llena de Amor y misericordia. Jonás podría no querer a los Ninivitas, Pero tener plena seguridad de la misericordia de DIOS y de su compasión por los seres humanos, y tener un amigo así que aun cuando no esté de acuerdo con El, te deje tener parte en sus victorias es algo que es digno de Adorar.
EL DIOS Todopoderoso es Adorado por que es DIOS, pero de eso aun los demonios están convencidos y quieran o no lo Adoran y le temen. Pero tú y yo llegar a tener esa relación con DIOS donde lo adoras por El Amor y La Misericordia con la que te trata, que aun cuando no estas completamente de acuerdo en lo que hace, principalmente por qué no lo entiendes, pero le obedeces y día a día abra tus ojos y te muestre su obra, dijo un día un predicador, “Yo Adoraría a un DIOS así aun cuando me fuera al infierno”
Cuando un Padre razona con un hijo, respetando su personalidad, pero sin dejarlo caer en la ignorancia, ni la perdición es un Padre que ama, y forma un hijo que lo ama de regreso
Y dijo Jehová: Tuviste tú lástima de la calabacera, en la cual no trabajaste, ni tú la hiciste crecer; que en espacio de una noche nació, y en espacio de otra noche pereció:
¿Y no tendré yo piedad de Nínive, aquella grande ciudad donde hay más de ciento y veinte mil personas que no conocen su mano derecha ni su mano izquierda, y muchos animales?
DIOS termina este libro razonando con su amigo Jonás, no como un siervo que tiene que obedecer pero como a un hijo que hay que sacarlo de su ignorancia.
Podrá Jonás tener muchos defectos y dingos de criticar, pero a los hombres de DIOS no se les juzga por lo grandes que llegan a ser, pero por el DIOS tan maravilloso que sirven y Adoran, AL DIOS tan maravilloso al que llaman amigo, y los guía por sendas de justicia
Quizas podrias decir por mi comentario que olvide Amos 3:3, espero que me entiendas.
ResponderEliminarPara Renton.
ResponderEliminarGracias por tu respeto amigo. Sepas también que leo siempre con gusto tus comentarios no sólo porque son buenos sino por la elegancia con que escribes el castellano. Recibe esta honesta adulación.
Voy a explicarte por qué escribí que Jonás llegó a la playa renovado, cambiado.
1. Empecé pensando que el libro mismo y particularmente el asunto del gran pez y los días en su vientre fue una inmensa profecía sobre la muerte y resurrección de Jesús, o como él mismo le llama “la señal de Jonás” (Lucas 11: 29-3), afirmado que fue eso para los ninivitas. ¿Qué? Pues su viaje submarino. Allí se presentó sin cabellos en todo el cuerpo por causa de los ácidos gástricos del pez, la piel emblanquecida y teniendo que dar explicaciones de por qué estaba así y añadiendo que en unos días la ciudad sería destruida. Todo Nínive creyó lo del pez, el sermón, y su resurrección.
2. Pensé en Jesús después de su resurrección cuando oró en Juan 17; 11-12, “ya no estoy en el mundo…cuando yo estaba en el mundo”; pero físicamente se hallaba allí, terminada su obra y yéndose del mundo. Vivo entre muertos. Ya sin conexión con el pecado y con el cuerpo de muerte, renovado, glorificado, irreconocible. Sé por experiencia que según uno envejece y se acerca a la muerte confirma lo que dijo Jonás ‘dentro de la muerte’, que fuera de Dios, la muerte, todo es ‘vanidad e ilusiones’. Esa es una de las bendiciones que uno siente cuando empieza a irse de este mundo, se siente desatado por ciertas ligaduras de su juventud. Pensé que Jonás habiendo tenido esa especie de resurrección tuvo que haberse sentido así, casi de un modo celestial, estando en este mundo y no estando.
3. En cuanto a su actitud posterior que mencionas con razón y lo hacen acreedor del adjetivo cazurro, esa actitud contradice haber llegado como un nuevo pastor a la playa, o a los arrecifes, la contradice pero no la desmiente, lo mismo que la actitud de hipocresía de Pedro en Antioquía contradice haber sido lleno del Espíritu Santo en Pentecostés y predicado muy bien pero no desmiente aquella experiencia cuando parecía otro distinto al que negó a Jesús 3 veces (Gálatas 2:11). Todos vivimos llenos de contradicciones mientras estemos en este mundo.
¿Tiene sentido mi pequeña defensa al terco Jonás, a quien lo supongo renovado en la arena y a quien Dios mimó fabulosamente cuando aquel lloriqueaba por el ardiente sol y una planta muerta?
Edison, me alegro que te haya gustado la entrada, ya somos dos que nos oponemos a la opinión de ese “enemigo fuerte” que se llama Renton, o dice que se llama, igual que una ciudad junto a la que vivo y que ha osado disentir de nuestra “ infalible opinión”. Sólo bromeo amistosamente Renton.
ResponderEliminarMartín Mata, te voy a regalar una nota que le hice a mi Biblia que tiene algo que ver con lo que dices. Gracias por participar.
ResponderEliminarJonás 4: 2
“¿No era esto lo que yo decía estando en mi tierra? Sabía que eres misericordioso y compasivo y que te arrepientes del mal con que amenazas”.
La mayoría de los comentaristas, incluyendo a Calvino, piensan que la razón por la cual no quería la salvación de los ninivitas era que al arrepentirse ellos él quedaría como un mentiroso, y por lo tanto perdería su prestigio profético y su honor. Esta explicación satisface a la mayoría. Yo he leído y pensado en otra que resumo: Jonás, como ya he dicho, era un profeta de Israel y allí nadie dudaba de su llamamiento y vocación. Jonás se sentía muy hebreo (1: 9) y conocía las profecías de Amós (5: 27) y de Oseas (9: 3; 11: 5), que Jehová usaría a los asirios para castigar a su pueblo Israel. Es natural pensar que deseara la destrucción del reino asirio y no favorecerlo con el beneficio de la salvación. Si Asiria iba hacer un daño tan enorme a su pueblo preferible era que Dios le hiciera lo mismo a ella. Además como idólatras lo que merecía era el castigo y no el perdón. No pensaba que perdonada Nínive cambiaría su proyecto de destruir a Israel, y es por eso que se enoja cuando ve el resultado de su predicación. Escoja usted.