Busca su belleza y su alegría
Oseas 3:4,5
“Y acudirán temblorosos al Señor y a su bondad”.
¿No te parece raro que teman "la bondad de Dios"? Uno no debe temer a un Dios bondadoso, se teme la cólera pero no la buena disposición. Pero si el profeta lo dice por algo será. Y eso voy a explicarlo brevemente. El apóstol no dice lo mismo pero sí algo parecido, que la bondad divina debe ser "mirada" (Ro. 11: 22), pero añade que también su severidad. Cuando miras la bondad de Dios te das cuenta lo que ha hecho y está haciendo por ti y eso te ayuda a permanecer en ella, y decirte a ti mismo “por nada del mundo renuncio a ella” o "no dejaré de verla nunca”. Oh, cristiano quejoso, ¿qué es lo que fuiste antes de conocer a Cristo? ¿No estabas tirado en el muladar? ¿No te ha hecho sentar con los príncipes de su pueblo? (Sal. 113:7-9).
La Biblia y nuestra experiencia nos enseñan que Dios nos da y hace por nosotros más de lo que le pedimos (2 Sa. 7:8-12; 18,19), y mucho más de lo que imaginamos. Mira, pídele a Dios reabra tus ojos para que veas el mundo espiritual, sus misericordias para contigo y que ya no es poco lo que te ha dado, pero si te parece poco, más te dará porque habiéndote dado a Cristo ¿cómo te negará algo más? (Ro. 8: 32). ¿No ha usado su bondad para conducirte al arrepentimiento? (Ro. 2: 4 ,5). Eso lo dice el profeta para resaltar la bondad de Dios, su paternal bondad, la vio en el futuro, el regreso del pueblo a la tierra y en el Hijo de David, Cristo.
El texto también se pudiera traducir “su belleza” “su alegría”; ¿por qué vamos a temer su belleza y su alegría si no es porque espiritualmente no somos semejantes a él, bellos como nos hizo y además hemos perdido su alegría? Se fiel, busca su bondad, permanece en ella, bendícela, bésala.
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