Nuestro destino en 2019 tiene que ser bueno, entonces, okay, go ahead

 
HECHOS 4:28
 “Para hacer cuanto tu mano y tu consejo habían antes determinado que sucediera”.

Esta es parte de la nota de 2:23, “si me permiten, esas palabras “plan predeterminado y el previo conocimiento de Dios” las hacemos personales. Todo en nuestras vidas para que obre para bien, tiene que estar planeado por Dios de antemano, y va hacia delante con solución o sin ella, pero con su propósito o consentimiento. La primera palabra importante es “cuanto” que en griego quiere decir “grande, mucho, largo”. Y si quiero ser personal vamos a la aplicación.
(1) Primero que todo para no ser infiel al Espíritu del texto tengo que señalar el contexto de salvación de ellas. Fueron dichas con referencia al propósito y plan redentor de Dios en Jesús. Y son el cofre mismo donde guardamos esas hermosas palabras que “todo obra para bien a los que aman a Dios”. Es decir, que el consuelo, la conformidad y la esperanza que traigan estas palabras están limitadas a “los herederos de la salvación”, a los hijos de Dios, aquellos que “están en Cristo”. A menos que usted se halle en Cristo estas palabras no son para usted. Son de consuelo para aquellos que “tienen esperanza”. Pero cuidado, el “plan maravilloso” que Dios tiene para usted es su salvación y eso quiere decir una cruz. No hay vida cristiana sin cruz.
Ahora voy a “abrir la Escritura”, como hacía Jesús y espero que nuestros corazones ardan. Yendo a la palabra “cuanto” que dije que significa “mucho, grande y largo”. El tamaño, la cantidad y la longitud de los días, la intensidad de lo que nos pase están determinadas por Dios. No habrá ni un día más, las cosas no serán más grandes que las que tienen que ser, alcanzarán el volumen y el tamaño que Dios quiere y no se excederán ni un centímetro más. La cantidad será por medida, la suya, y ni una onza se pondrá de más o de menos en la balanza. El número es fijo. Dios lo fija. Está fijado. La extensión él también la predetermina, o sea su longitud o su tiempo. Ni un mes más, ni un día más, ni una hora más. El día y la hora ya están señalados en el calendario de Dios. Nada será mucho, demasiado, ni tan grande, largo o corto como nuestro Dios lo haya fijado. Así reposaremos tranquilos en esa palabra. Entonces, acojamos el porvenir, como la señora de Proverbios 31, que se ríe del futuro, o como dijo Jesús, sin ansiosa inquietud.


(2) Nota la perfecta sincronización de esas dos otras palabras que echan por tierra cualquier esperanza supersticiosa, “mano y consejo” la mano de Dios y el propósito de suya voluntad. La mano de Dios se halla detrás de lo que nos sucede. Enseñarnos, conocer, tener la fe aunque no se pueda pues está escondida, también incomprensible, como lo leemos en la historia redentora de nuestro amado Señor Jesús, que incluye la mala voluntad, el poder, la envidia y los pecados de los hombres como Pilato, Herodes, Judas, y los malos sacerdotes como Anás y Caifás. La mano de Dios detrás de la traición, la venta, la hipocresía, y la ingratitud humana. El Señor da su aprobación a todo eso. Es su voluntad, que a veces nos hace sudar sangre. Él tiene una solución y es parte del plan de nuestra redención. Su mano no ejecuta nada que su cerebro no ordene. Hay una perfecta coordinación entre lo que hace y lo que piensa. El recorrido de nuestras oraciones sigue ese celeste recorrido. Van a sus oídos, a su mente donde son pensadas y allí pasan a su voluntad donde se determina la clase de contestación que llevan. Las oraciones nuestras deben ser anotadas en las cosas escritas en el libro de la vida, que son las memorias de su voluntad. Nadie puede hacer que Dios haga lo que él no quiere, lo que a su juicio no puede ser, lo que es opuesto a su criterio, y esto no se logra ni aunque se ore mil noches de vigilias y se ayune por 40 días. Cumplir con ritos no obliga a Dios a nada. 


(3) Y una última observación. La palabra pre-determinado tiene una hermana de sangre que es gemela, casi igual y su nombre es pre-destinación. Esa palabra no la inventé yo, sino que la escribió el apóstol Pablo en Romanos 8, y aquí la usaré sin mencionar nada sobre arminianismo o calvinismo para no recibir una respuesta a mi nota bíblica que diga cancelación. Aunque ya sabeis mis simpatías por el reformador de Ginebra. La palabra “determinado” es una traducción de la griega proorizo: que significa determinado. El diccionario expositor de Vine dice: “Este verbo debe distinguirse de proginosco, preconocer, que hace referencia a la persona que Dios conoce de antemano; proorizo hace referencia especial los asuntos que en su pre conocimiento están determinados”. Por supuesto que ambos están relacionados, la persona y sus circunstancias. Ninguna de las dos se halla fuera de la voluntad y propósito de Dios. Están incluidas en su proyecto, plan y destino. Su omnisciencia lo planea todo. La suerte de Jesucristo y la nuestra también. ¿No tienen estas palabras un “fortísimo consuelo”? Para mi sí y quizás para usted. Si Dios piensa en mí, si en sus manos está mi destino, llegaré a mi mejor destino, y la familia que está asociada a mi destino, para mí y para ellos nuestros destinos tienen que ser buenos porque buscamos siempre de Dios, su gloria, su sonrisa de aprobación y su okay, go ahead hacia nuestro destino predeterminado para 2019 que tiene que ser un destino bueno, porque su voluntad siempre es buena, lo mejor, y el incógnito futuro se abrirá y pasaremos con nuestra familia, como Israel el Mar Rojo, cuando nuestros pies pisen el suelo mojado del día primero de enero.






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