No es fácil ver para creer
JUAN 20:29-31
“Jesús le dijo: Porque me has visto, Tomás; bienaventurados los que no
vieron, y creyeron. Hizo
además Jesús muchas otras señales en presencia de sus discípulos, las cuales no
están escritas en este libro. Pero éstas se han escrito para que creáis que
Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengáis vida en su
nombre”.
¿Y piensas que es fácil creer viendo? Eso se supone, pero te digo que
no. Estas cosas están escritas para
que por esa escritura se crea. Es cierto que Jesús dijo “creedme por las mismas
obras” (Jn. 14:11); pero no creyeron. Si viendo grandes milagros eso originara
la fe o la aumentara, los habitantes de Corazín y Betsaida, o Capernaum hubieran
creído (Mt. 11:21-23). Pero no creyeron. Y la fe que pudiera aparecer por medio
de la vista es débil y defectuosa y yo no la quiero, esa clase de fe no merece
ninguna alabanza de parte del Señor como la que se establece y crece igual que
la del centurión, por medio de la Palabra de Dios (Mt. 8:8-10). Decididamente,
la fe “es por el oír y el oír por la palabra de Dios” (Ro. 10:17; Ga. 3:5). Si
los hombres vieran a Dios tampoco creerían a sus ojos, como cuando vieron a
Jesús resucitado y algunos dudaban lo que contemplaban (Mt. 28:17).
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