El Dedo de Dios
LUCAS 11:14-23
(Mt. 12:22-30; Mr. 3:20-27)
14
Estaba Jesús echando fuera un demonio, que era mudo; y aconteció que salido el
demonio, el mudo habló; y la gente se maravilló. 15 Pero algunos de
ellos decían: Por Beelzebú, príncipe de los demonios, echa fuera los demonios.16
Otros, para tentarle, le pedían señal del cielo. 17 Mas él,
conociendo los pensamientos de ellos, les dijo: Todo reino dividido contra sí
mismo, es asolado; y una casa dividida contra sí misma, cae. 18 Y si
también Satanás está dividido contra sí mismo, ¿cómo permanecerá su reino? ya
que decís que por Beelzebú echo yo fuera los demonios. 19 Pues si yo
echo fuera los demonios por Beelzebú, ¿vuestros hijos por quién los echan? Por
tanto, ellos serán vuestros jueces. 20 Mas si por el dedo de Dios
echo yo fuera los demonios, ciertamente el reino de Dios ha llegado a vosotros.
21 Cuando el hombre fuerte armado guarda su palacio, en paz está lo
que posee. 22 Pero cuando viene otro más fuerte que él y le vence,
le quita todas sus armas en que confiaba, y reparte el botín. 23 El
que no es conmigo, contra mí es; y el que conmigo no recoge, desparrama.
La sanidad
de este mudo dio lugar a una controversia ofensiva para Jesús y el Espíritu
Santo. En vez de taparse sus bocas y reconocer su Unción, con mucha rabia lo
acusaron de lo peor que podían acusarlo, de estar ligado a Beelzebub y poseído
por el demonio (Jn. 8:48, 52) ¿Cómo pueden decir que su poder es satánico, dado
por Beelzebub, si están viendo el reino suyo desmoronarse? ¿No están oyendo a
los demonios gritar y huir? ¿Entonces
cómo pensar que está ayudando a Jesús y le presta su poder? Es ilógico. Por
otra parte si conocen algunos judíos que hacen lo mismo y los aplauden, ¿por
qué a Jesús de Nazaret lo abuchean?
Si piensan
en el asunto debieran ser justos aunque no les guste; lo que está pasando
delante de sus ojos no pueden negarlo, él y los demonios no se llevan. Satanás
es el paladín de las divisiones dentro del reino de Cristo pero no en el suyo,
donde busca mantener unidos a todos sus diablos y agruparlos, si es posible, en
legiones de ellos dentro del corazón humano. Su propósito es “consultar unidos
contra Dios y contra su Cristo” (Hch. 4:24-27), formar alianza con el fin de
derrotar al Señor. Los convenios y pactos entre ellos son fundamentales para
formar una fuerza “anticristo” común contra el reino de Dios, y toda clase de
fortaleza que se levante contra la gloria de Dios y el conocimiento de
Jesucristo. Si Jesús trae su reino a la tierra y empieza a librar a los hombres
de ellos, eso quiere decir que el poder con el cual lo hace es de Dios.
Cristo lo ilustró
con el ejemplo común de “un hombre fuerte”, algún príncipe, dueño de un
palacio que usa toda su artillería para
defenderlo, si es que alguien quiere quitárselo y lo ataca. Como están hablando
de demonios, ese príncipe debe representar a Satanás, el palacio su reino o el
alma humana, y las armas que utiliza para sostener su principado y potestad,
deben ser la desobediencia a la ley de Dios expresada en letra de muerte y que mantiene
a los pecadores “encerrados en pecados” (Ga. 3:22), por la cual todos los
hombres son condenados sin poder cumplirla. El hombre “más fuerte” que es capaz de
vencerlo y desarmarlo es Jesús con un solo dedo de su omnipotente mano, “el
Dedo” de Dios, con el poder del Espíritu Santo, al cual ellos blasfemaron. Es
una figura usada para indicar poder, cuando se da la orden con un Dedo, igual
que dijeron los hechiceros egipcios durante el éxodo (Ex.8:19). El botín es el
resultado de ese triunfo y las riquezas de su gracia repartida entre nosotros. No
obstante, no hay que buscarle significado a cada detalle, espiritualizando el
texto. Si Dios con un solo dedo hace tanto ¡imagínese si usa los cinco, la mano
completa!, (acepte mi antropomorfismo).
El v. 23
parece fuera de lugar y cuesta trabajo acomodarlo. Es un dicho popular parecido
a “el que no es contra mí por mí es”; quizás quiere decirles que si no están de
su lado y recogen, con los diablos desparraman.
Comentarios
Publicar un comentario