Podemos ser fieles, aunque arrastrando una metedura de patas
1SAMUEL 12:
19-22

“Hemos añadido este mal a todos nuestros
pecados”. Como si dijera, “bastante pecados perdonados
tengo ya para buscarme otro, no participaré
de pecados ajenos” (1Ti.5:22). Y ¿por qué no deponían el rey? ¿Por qué no
se deshacían de él? Todavía, me parece, tenían tiempo, pero siguieron adelante
con aquello que ya sabían que Dios
desaprobaba, que les estaba tolerando pero que no le gustaba; algo que Dios les
permitió, pero era inferior a lo que podían, y a la larga resultó un total
desastre. Fíjate que Dios aún maneja sus planes dentro de nuestras malas
decisiones y “con todo eso” “a pesar” “aunque”, podemos ser fieles, aunque
arrastrando una metedura de patas. Podían dar un paso atrás. Reconocen que han
pecado, pero prefieren que Dios les permita lo que hicieron y continuara al
lado de ellos. Israel nunca renunció a la monarquía.
El pueblo pudo haber dicho: si nos va bien con nuestro rey ¿por qué
nos recuerdas que hicimos mal? ¿No son buenos los resultados, Dios no nos ha
ayudado? Sí, les va bien con él, pero sin él les iría mejor; Dios bendice su
voluntad permisiva; no consiste nuestro deber solamente en hacer la voluntad de
Dios sino lo que a Dios agrada. No
siempre se debe medir la complacencia de Dios, su aprobación, por los
resultados positivos. Dios, por nuestra insistencia, puede concedernos lo
que no desea y aún decirnos: "Me están haciendo actuar como no quiero,
estoy inconforme, esto tendrá un límite, llegará a un punto que no los ayudaré
más y quedarán en un callejón sin salida" (Num. 11:18-20, 33; 20:11-13).
Por otro lado, se puede padecer mucho de varias formas y glorificar a Dios, sin
que sean castigos. En fin, con todos esos errores y meteduras de patas, a
cuestas, él sigue ayudándonos.
Comentarios
Publicar un comentario