Le sonreía a los publicanos y hablaba con respeto a las rameras
Lucas 2:6-8
"Y dio a luz a su hijo primogénito; le envolvió
en pañales y le acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el
mesón".
Hacia el establo pueden mirar los ricos y los pobres, porque un
Príncipe amado, anunciado por la Escritura yace envuelto en pañales, entre
pajas en un pesebre. Era en el cielo muy rico, y voluntariamente mirando a los
pobres dejó su gloria arriba y hecho semejante a los hombres se hizo pobre para
que con su pobreza fuésemos enriquecidos (2Co.8: 9). No nació en una noble
cuna ni perteneció a una familia distinguida en Israel; ni su ciudad fue una
capital sino una aldea y su oficio carpintero. Se llamó Jesús. Sus mejores
amigos eran los pobres y se inclinaba para salvar a los pecadores y
desheredados del orden social; le sonreía a los publicanos y hablaba con
respeto con las rameras; les echaba los demonios y las volvía castas,
perdonándolas. A muchos enriqueció pero murió pobre y sin tumba propia. ¿Te ha
hecho rica, oh alma, este Jesús pobre, en cuyo nacimiento tuvo un coro de ángeles
cantando alegres? Ten por seguro que su vituperio es una riqueza mayor que
los tesoros de los egipcios (He.11:26).
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