Ojalá me hubiera quedado al otro lado del río
Josué 7:7
“Y Josué dijo: ¡Ah, Señor Jehová! ¿Por
qué hiciste pasar a este pueblo el Jordán, para entregarnos en las manos de los
amorreos, para que nos destruyan? ¡Ojalá nos hubiéramos quedado al otro lado
del Jordán!”.
¿No has tenido esa experiencia, haber lamentado el paso que diste
y dices: ¡ojalá me hubiera quedado allá en aquel lugar, al otro lado del Rio
Bravo, del Mar Caribe o del Atlántico, y
no haber venido a éste!? Tal vez has dicho, ojalá no me hubiera mudado para
este lugar, si me hubiera quedado en mi país mis hijos no se hubieran perdido
como hoy los veo, viviendo licenciosamente, usando drogas y menospreciando los
estudios; allá hubieran estudiado, los hubiera criado en la antigua moral de
mis padres y no serían así como veo que se han puesto, hubiéramos tenido menos
pero mi matrimonio estaría mejor; tenemos más pero no somos más felices por
eso, hemos cometido muchos errores y no sé cómo salir de ellos y si algunos
tienen todavía arreglo. Otro dice: Ojalá no me hubiera casado con este señor o
esta señora, lo hice sin pensarlo bien. Oh amado, Josué se quejaba con ese tono
pero se equivocaba; no hubiera sido mejor que se quedara allá al otro lado del
río porque Dios le había dicho que pasara y lo había ayudado a pasar. Si Dios
lo ayudó, ¿cómo hubiera sido mejor que no hiciera lo que hizo? No, lo que
hubiera sido mejor es no haber pecado, la decisión fue buena, los proyectos
buenos, lo que no había sido bueno es el pecado que se había cometido. Mejor hubiera
dicho: “Ojalá no hubiera yo pecado contra Dios de este modo o del otro, ojalá hubiera
estudiado más la Biblia, ojalá hubiera enseñado a mis hijos a caminar con Dios”.
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