El diablo, el sexo y la violencia son populares
Mateo 8:28-34
“Cuando llegó a la otra
orilla, a la tierra de los gadarenos, vinieron a su encuentro dos endemoniados
que salían de los sepulcros, feroces en gran manera, tanto que nadie podía
pasar por aquel camino. Y clamaron diciendo: ¿Qué tienes con nosotros, Jesús, Hijo
de Dios? ¿Has venido acá para atormentarnos antes de tiempo? Y toda la ciudad
salió al encuentro de Jesús; y cuando le vieron, le rogaron que se fuera de sus
contornos”.
La desnudez y la violencia lo hicieron
populares. La desnudez, o sea el sexo, y la violencia, como al cine, lo
hicieron populares. Dos ingredientes para hacer a un hombre o a una mujer
famosa. Este hombre era un gadareno endemoniado desde hacía muchísimo tiempo
(Luc.8:27), y nota su desnudez que lo
hacía conocido entre hombres, mujeres y niños. No es una cuestión natural en
público despojarse de ropa, fue, antes de introducirse el pecado pero no ahora
que sin recato y con descaro se hace. Es más bien un placer endemoniado
que dice, “muéstrate sin ropas hasta donde Adán y Eva se ruborizaban”. Fíjate
que se regocijaba en la muerte, andando entre las tumbas. ¿No serán
también las populares fiestas de brujas, esqueletos y fantasmas una
reminiscencia espiritual del ángel caído, cosas que tienen que ver con la
muerte y los cementerios? Por otra parte era violento y feroz, con una
fuerza descomunal que podía romper cualquier cadena con que se le atara
(Luc.8:29), “y lo ataban con cadenas y grillos pero rompiendo las cadenas era
impelido por el espíritu a los desiertos”. El texto aquí dice que le pidieron a
Jesús que se fuera de la comarca, no le echaron pero se lo pidieron porque
había afectado su economía. Aquel negocio se arruinó. Indudablemente que cuando
un hombre es librado de la influencia demoníaca, deja el nudismo y la
violencia, y entra en su “cabal juicio”, las compañías que comercian con esas
cosas preferirían que Jesús se marchara, que se fueran las iglesias que no les
permiten ganar más dinero.
La comarca
entera se estremeció con la sanidad de uno de los más populares y
agresivos pecadores. Las iglesias debieran desarrollar programas de salvación
constantemente, hacia donde están los más feroces enemigos de Dios, los
nudistas, los creadores de modas voluptuosas, los ladrones de impuestos, las
prostitutas, los homosexuales, las cárceles, etc. Hollywood es un caso. Presumo
que muchas tienen miedo entrar en esos dominios y llegar como Jesús con su voz
reprendiendo la impiedad. Se hace bastante trabajo misionero con aquellos que
no son peligrosos para la sociedad, que fueron criados en hogares respetuosos,
que no están desnudos, no rompen cadenas ni balaustres, ni nos miran con ojos
desorbitados. Nuestro temor estriba, creo, en que sentimos que no tenemos poder
espiritual y que arriesgaríamos nuestra seguridad y prestigio si lo intentamos.
Pero la misión de la iglesia no es disfrutar de seguridad y prestigio sino
salvar a los pecadores.
Observa la osada iniciativa de Jesús al entrar a su
contorno. ¿Qué hizo Jesús para salvar a este hombre? Ya hemos dicho que fue
hacia él, contactar con él en su misma cueva, en su mundo, dentro de su
cementerio, dentro de su medio. Le llevó su gracia a su propio contexto social
de diablos y muertos. No envió por él, fue a buscarlo. Nuestra misión es
pedirle al Señor que nos guarde del mal pero que no nos saque de este
mundo ni nos meta en iglesias que huyen dentro de sus escuelas y programas,
escondiendo a sus miembros del diablo social: el ateísmo, la pornografía, las
inmoralidades y desviaciones sexuales. El Señor Jesús fue al grano del problema, atacando el
origen, que no era primeramente ético sino teológico. No comenzó moralizando.
Le sacó los demonios antes de pedirle que se pusiera ropa porque
avergonzaban sus ojos, o que saliera de su sepulcro, o que fuera a la barbería,
peluquería, para que le cortaran el pelo, lo afeitaran y le recortaran las
largas uñas, o que se calzara y se curara sus heridas hechas por las piedras. A
los hospitales deben ir los que están enfermos pero la iglesia a lo que ha
producido todo ese mal, el pecado. Lo principal no era quitarle el pus a las
heridas, ni vestirlo ni hacerlo aparecer un ciudadano decente. Él dejaría el
nudismo, regresaría a la familia, se vestiría sin estridencias cuando el
demonio lo dejara. Si el pecado sale, el impacto social es mucho más grande que
comenzando por la regeneración social.
No son
técnicos de demonios sino predicadores de la Palabra lo que Gadara necesita. El
demonio tampoco sale espantándolo con mímicas apostólicas sin poder alguno sino
cuando la palabra de fe entra, y sale el pecado. Excusas diabólicas para
quedarse donde está. Al principio del encuentro del hombre con Jesús el
diablo muestra resistencia. ¿No resistían los espiritistas a Moisés?
Satanás hace resistencia y retarda y obstaculiza la conversión a Cristo. Se
puede deducir que la primera y segunda vez el espíritu se defendía resistiendo
su palabra. El no cesó. Fíjate que nuestro Señor no se dejó impresionar con las alabanzas satánicas (Luc.8:28),
“al ver a Jesús lanzó un gran grito y postrándose a sus pies exclamó: ¿Qué
tienes conmigo Jesús, Hijo del Dios Altísimo?”. Como si se identificara con
nuestras creencias y no había que hacer ningún cambio. Que era una actitud
normal. Le quería decir, “yo te reconozco tus títulos, te llamo como a un
doctor, profesor, rabí, Hijo del Dios Altísimo”. Ni siquiera los fariseos lo
llamaban así. Decían que era un pecador y Belcebú. Jesús enseñó a sus
predicadores y a su iglesia a no buscar los halagos del mundo. Él no se dejó
engañar por una declaración teológica verbal. Es cierto que es Hijo del
Altísimo, el diablo puede buscar un acuerdo teológico de concordia con tal que
lo dejen tranquilo, el mundo se puede perder en la condenación y nosotros estar
contentos porque aceptan nuestras doctrinas. Adquirir un credo, declararlo no
es suficiente, hay que abandonar la relación con el demonio. Jesús tampoco
cedió cuando lo miró en una posición religiosa porque se postró a sus
pies confesando aquello. ¿Crees que puedes ser salvo meramente por adoptar una
pose religiosa? Aunque estaba de rodillas como un cristiano no era para pensar
que ya había ganado la batalla. Las costumbres y actitudes religiosas no pueden
sustituir jamás a la conversión a Cristo, postrado, con una confesión teológica
en los labios, sigue siendo un endemoniado.
No cedió
tampoco al emocionalismo desplegado, el demonio le gritó aquello, llenos
los pulmones de aire y emoción. Hay quienes piensan que si gritan están
adorando bien y si en un culto no se vocifera sin reverencia alguna no se está
adorando como Dios reclama, no se le glorifica. Pero los gritos, las posiciones
religiosas, las alabanzas a Jesús pueden no ser más que una máscara con la cual
el diablo se nos esconde y disfraza. Es cierto que la religión sin emoción es
religión muerta, pero no sólo emoción si el pecado no sale fuera. Si no hay reflexión
en la palabra de Dios. Hay otra cosa
importante para que no nos dejemos engañar con los que parecen adorar al Señor
y aún comulgan con Satanás, la oración contestada. El demonio le pidió
ir a los cerdos y Jesús se lo concedió. Una oración contestada no es suficiente
para garantizar que se eres salvo, no es una conclusión definitiva. Los
demonios recibieron respuesta y fueron a los puercos. Cualesquiera que hayan
sido las razones, la inteligencia suprema de Jesús puede estimar que algo
conviene a su reino y concedérselo al mismo demonio, las oraciones respondidas
son pruebas legítimas que Dios nos tiene como sus hijos, si vivimos como tales,
si no vivimos como demonios. Vuelvo al título, el sexo y la violencia son
endemoniadamente populares. Se ve en el periódico, el cine y la televisión. Dan
mucho rating.
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