Lutero el heroico reformador
Martín Lutero comprendió por
medio de su experiencia la perversidad del corazón humano, que quiere ganarse
su salvación, sino toda parte de ella, y solicita de Dios que haga un trato,
prometiendo que cada uno haga su parte, y avance un tramo en la dirección del
otro con algo en la mano para contribuir, o firmar un trato de cómo que yo te
doy y tú me das. Una especie de sinergismo. El hombre quiere hacerse cristiano
y Dios le echa una mano para ayudarlo. Por ejemplo Dios le diría, dicho
insólitamente, al pecador: dame tu arrepentimiento y a cambio te doy fe. O sea
tu perdón, pon tu parte y yo pongo la mía, así nos hacemos amigos y vienes
conmigo. Lutero diría a tal cosa, ¡de eso nada! Todo es por gracia, por medio
de la fe sola.
Lee lo siguiente de otro
autor:
“Hoy a menudo se entiende
mal a Lutero porque existen pocos que tengan en sus corazones su agonía. La
idea corriente y actual parece ser esta, ‘muy bien, Dios perdonará mis pecados’;
o para decirlo como lo dijo cierto profesor con estas palabras: ‘el evangelio
en el promedio de mucha gente es así: a mí me gusta pecar y a Dios le gusta
perdonar por lo tanto así queda bien todo en el mundo’. Por supuesto que muy
pocos actualmente se encuentran con la agonía de conciencia que tuvo Lutero y
por lo tanto tampoco así uno puede darse cuenta de su pasión en por la promesa
de Dios. Es el corazón que duda el que tiene necesidad con puño firme de agarrarse
de las promesas de Dios. Eso fue lo que Lutero muy bien comprendió con su
experiencia. Y por eso dijo, ‘en este
momento desde hace 20 años que me encuentro cultivando y predicando la
justificación por la fe sola, y todavía a estas alturas siento el empolvado residuo
de querer hacer algo, un trato con Dios, para de esa manera por medio de un
intercambio, yo le doy algo a cambio de que el me de algo, o sea para que me
conceda su gracia a cambio de mi santidad’.
"Lutero se dio cuenta que la
tentación principal en cada pecador es pensar que él puede hacer un negocio con
Dios y que por lo tanto es capaz de intercambiar algo con él a cambio de su
gracia. Esa errónea idea tiene que ser desechada por medio de la ley de Dios a
fin de poder comprender a Cristo. No obstante Lutero se dio cuenta y sintió el
balance que debería haber entre la predicación del evangelio por un lado y por
el otro la ley. Para Lutero la solución del carácter del hombre presuntuoso no
fue específicamente predicarle la ley de Moisés sino específicamente ayudar a
la gente a comprender el evangelio, a entender la gracia de Dios, y darse
cuenta perfectamente lo que Cristo ha hecho. Lutero fue un pionero y un heroico
reformador. También fue un profundo teólogo que nos ayuda hoy a comprender la
ley y el evangelio. Si tú quieres recibir tremendo beneficio espiritual y poder
lee a Lutero. En él encontramos suficiente penetración espiritual para que sea
de gran bendición a todos los cristianos. Lutero nos ayudará a acercarnos a
Cristo” (Reformation Sketches,
Robert Godfrey, Pags. 28,29,30)
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