Dale ánimo a tu iglesia
Isaías 41:5-7
“Cada cual ayudó a su vecino y a su hermano dijo: esfuérzate; el
carpintero animó al platero”.
Esta es la alianza de los enemigos del pueblo de Dios. Los que
tienen esas iniciativas son los adversarios. Nota la unión de ellos, cómo se
animan los unos a los otros y se estimulan para la guerra; ¿no son ejemplo así
los perversos? ¿No aprenderemos de ellos? En época de guerra espiritual, los
enemigos se unen y se animan para destruir la iglesia. Se vuelven ejemplo para
Israel. Anima a tu hermano, dile palabras de fortaleza, no lo critiques, no
digas nada que le apoque su fe o le haga menor su esperanza; ayúdalo a
triunfar, en la unión está la fuerza. Nuestra victoria es en conjunto. No le
digas al platero que su trabajo tiene escorias ni al que alisa con martillo que
no le está quedando bien el trabajo, cada uno hace lo que puede. Afirma con
clavos a tu hermano para que no se mueva. Haces muy mal en andar desanimando a
los creyentes. Si alguno se acerca a ti, cuando se retire que no tenga menos
sino más fe, que sea mejor y no peor cristiano.
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