Envuelve tus pecados en una bolsa de fe
Hebreos 7: 23-25
"Por lo cual El también es poderoso para salvar para siempre a los que
por medio de El se acercan a Dios, puesto que vive perpetuamente para
interceder por ellos".
Es mejor que la
traducción de “salvar para siempre” si se traduce “completamente”, que de acuerdo al sentido del
contexto encaja mejor y da la idea de plenitud más que de tiempo. El autor de
Hebreos enfatiza la "perfección" o suficiencia de Jesús, se esfuerza
en demostrar que es "perfecto" y puede perfeccionar a los que por él
se allegan a Dios (5:9; 7:19; 7.28; 9:9; 10:1; 10:14; 11: 40). Somos hechos
perfectos ante Dios no porque seamos realmente perfectos sino considerados perfectos,
vestidos del Señor J.C. La idea en Pablo
no es que seamos hechos perfectos sino "justificados", que es lo
mismo, y no se esfuerza en demostrar
para los gentiles que Cristo es perfecto sino que es suficiente, que
también es lo mismo pero con otra palabra. Oh, no busques a nadie más ni nada
más. No son tus ofrendas las que te salvarán, sino él como ofrenda (10:10,
14, 18); no es tu sentido de perfección lo que te recomienda a Dios sino tu
imperfección, para que lo busques y lo halles; pon en tu cabeza eso, Cristo es
suficiente, no hacen falta ofrendas, sacrificios repetidos ni otra persona. Es
nuestro único mediador entre Dios y los hombres (1Ti. 2: 5, 6).
Si entendieras esto completamente estarías en paz y
satisfecho sin buscar algo más para acercarte o ser recibido por Dios. El no
necesita tu ayuda ni la de otra persona, se basta para ocupar su lugar
completamente a favor de los hombres. Jesús basta; ni una gota de sangre sino
la suya, un torrente limpio, ningún suspiro, sino los suyos, ninguna lágrima
sino la suya, ningún sudor sino el suyo, ninguna obra sino la suya; él es
"el todo". Oh, acude a Dios por medio de Jesús que es más que lo que
puedas hacer, más que cualquier religión, hazlo tu sacerdote hasta la
muerte. Es suficiente poderoso para salvar,
perpetua y suficientemente, no a los buenos, justos y completos sino a los pecadores.
¿Qué tienes que llevar a él? Ninguna ofrenda, ningún
sacrificio sino tu pecado, todos, no dejes ninguno, envuélvelos en una bolsa de
fe y carga con él para verterlo en su presencia, y él al oírlos se encarga de
ellos, los confiesa al Padre y pide misericordia y perdón para ti y lo obtiene
sobre la base de su propio sacrificio y tú puedes volver a tu lugar en
paz y reconciliado sin ningún pecado sobre tu conciencia, hecha ya limpia.
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