Roban el púlpito
Jeremías 23: 30
"Hurtan mis palabras cada uno de su más cercano; yo estoy contra los profetas que endulzan sus lenguas y dice: él ha dicho, hacen errar a mi pueblo con mentiras y lisonjas".
Estas palabras no se refieren a los sencillos predicadores poco surtidos de ideas para predicar que compran libros de sermones para predicar y los usan como propios. Eso es bueno hacerlo, leer cómo otros han explicado la palabra de Dios y aprender de ellos.
Los que menciona Jeremías no es que roban mensajes para predicarlos como propios sino que la palabra de Dios que el pueblo oye, los que la guardan, ellos con su falsedades se la quitan como si se la robaran. Esa es una interpretación, y si yo fuera a ampliarla diría que lo que ellos roban es el oficio de profetas, el llamamiento de profeta, o sea el púlpito.
En cuanto a la metáfora de la lengua dulzona parece que es más apropiado tomar el sentido literal, que quiere decir tomar algo y ponerlo alto; o sea que ellos se elevan a sí mismos, se enorgullecen y suben a una posición que no les corresponde, (y eso es pecado, ver He. 5:4) como si tuvieran una voz celestial; y si se quiere decir que con adulaciones embaucan a los ingenuos, es verdad que en contenido eso es lo que hacen, "adulando a los hombres para sacar provecho" (Judas 1:16). No son la sal sino la miel del mundo, y prohibida en los sacrificios (Lev. 2:11).
Hace un par de días estaba escuchando a un “apóstol” hispano predicar; así lo identificaba el subtítulo que se leía en la televisión. ¿Quién lo habrá hecho apóstol? –Pensé- ¿Se habrá auto titulado o ya otro auto ungido como tal le habrá pasado el título? Me acordé que cuando fueron a elegir el sucesor de Judas había varios que cumplían los requisitos apostólicos y sin embargo eligieron sólo uno y después de ése no se lee que insistieran en completar el favorito número doce; todos se fueron yendo al cielo y en lugar de ellos dejaron los púlpitos ocupados con sus escritos y doctrinas apostólicas.
No supe si enojarme o reírme de él por su pretensión, pero cuando llevaba unos quince minutos hablando y haciéndome esperar que dijera algo sin decir nada, terminé aburriéndome y cambié el canal y me puse a mirar Fox News y las calamidades haitianas.
Que Dios nos libre de ser engañados por esos motivadores de masas; por muchos años estuve cegado a ellos, los veía, los seguía y aprendía de ellos. Hasta que Dios, en su gracia, abrió mis ojos en pleno culto (en una iglesia arminiana de la prosperidad), y fue como Isaías (6:5), al sentirme completamente inmundo, y en medio de gente de labios inmundos. No pude contenerme, y tuve que ponerme en pie en medio del sermón y salir de ahí. Esa gente engaña y hace mucho mal; pero a la gente le gusta oír que le digan: Paz, Paz, cuando no hay paz. Desde ese día, puedo decir que encontré el verdadero camino, Dios me mostró y guió a la sana doctrina, al calvinismo; al verdadero evangelio; y puedo decir como Isaías: Han visto mis ojos al REY, JEHOVÁ DE LOS EJÉRCITOS.
ResponderEliminarGracias por esta reflexión pastor, me trae recuerdos de mi antigua condición, y a la vez, puedo volver a ver la maravillosa Gracia de Dios.
Dios le guarde, y guarde a su Pueblo.
Asi es Pastor, Melquisedec , David,Ezequiel,y tantos otros hombres de Dios lloraron por el Perdon, las Bediciones . Pero ahora la cosa ha cambiado, muchas iglesias y los charlatanes que tienen de pastores, se declaran de victoria en victorias, ya son salvos, son los escogidos porque ellos lo dicen , hacen mucha bulla y hasta parece que se les sube el santo en sus oraciones. De esa basura y de esos tontos,
ResponderEliminarse estan llenando hasta las santas casas de Dios. Hasta los escogidos son confundidos,esto se esta poniendo de salvese el que pueda . Sin embargo , hay que predicar la verdad, lo que realmente es de Dios, sin dedicar el tiempo de Dios a explicar lo que hacen las otras iglesias, porque realmente las personas saben donde esta la verdad; pero prefieren que le digan que son santos. Cada uno respondera por su actos
ResponderEliminarPor lo que he entendido, hay que dedicar todo el tiempo que se pueda a leer la Biblia y orar, tratando e insistiendo con fuerza que Dios nos mantenga habierto el entendimiento, buscar de Dios la fe, el arrepentimiento y la humildad. De manera que lo que no podemos evitar, dejemosle correr . Nuestra funcion es nutrirnos de Dios y predicar el verdadero evangelio; y el que no desea oir se lo pierde.
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