La iglesia no debe recibir dinero de cualquiera
Oseas 4:8 “Del pecado de mi pueblo comen”. Se refiere a los sacerdotes instituidos por Jeroboam, que no pertenecían a la línea de Aarón, y comían de esos sacrificios y de los dineros que el pueblo traía en su falsa adoración porque sacrificaban al becerro de oro que tenían como Dios. Se sostenían con el dinero ganado en el negocio de la idolatría. Hay, ojalá que pocos, ministros que no les importan cómo vive su pueblo ni la procedencia del dinero con lo cual se sostiene él y su familia; recibiendo los diezmos y ofrendas de los cuales tienen sospechas y pruebas que el pueblo lo gana ilegalmente o inmoralmente. Oh ministro ¿no te atreves a atacar ciertos pecados desde el púlpito a la luz de la palabra de Dios porque temes que algunas ofrendas cesen y no llegue más al culto ese “poderoso caballero que es Don Dinero”? ¿No has leído que el oro de ese caballerito está enmohecido? (Sgo.5:3 ). Tomar el dinero de ofrendas y promesas a santos es ...