Que la gracia de Dios te salga hasta por los poros
ROMANOS 2:26-29
"...sino
que es judío el que lo es interiormente, y la circuncisión es la del corazón,
por el Espíritu, no por la letra; la alabanza del cual no procede de los
hombres, sino de Dios".
Oh amado, no confíes en la eficacia de sacramentos
y ordenanzas; la Biblia nos enseña que la parte menos importante en nuestra
religión cristiana es aquella que se toma ceremonialmente, que se
corresponde con las formas exteriores.
El mismo bautismo cristiano, ordenado por el Señor para glorificar su
nombre, para establecer un pacto con él, puede ser tenido en nada si no tiene “la aspiración de una buena conciencia
ante Dios” (1Pe.3:21), necesita de una conciencia inmaculada y no
manchada por los pecados de la carne. Ninguna eficacia tiene la santa cena si no nos hemos unido al
Señor por medio de la fe en su palabra mientras la absorbemos en nuestros
cuerpos (1Co.11:29). ¿No has oído a algunos que viven fuera de la iglesia decir
que ellos viven el evangelio mejor que los que están dentro? ¿Será posible que
un hombre o una mujer sin fe viva mejor las palabras de Cristo que no lee ni
cree, que nosotros que las tenemos en nuestro corazón? Quizás no todos los que
están afuera de un grupo cristiano están perdidos ni todos los que se hallan
dentro están salvados.
Si un incircunciso se comporta como debiera hacerlo
un circuncidado porque “está
circuncidado en el espíritu” por la palabra de Dios (Ro.2:29; Jer.4:4).
Si alguno se comporta como un cristiano tiene alta probabilidad de ser cristiano, porque con los hechos es
que decimos lo que somos. Un incircunciso puede tener más temor de la palabra
de Dios que uno que ha sido circuncidado. No son las ceremonias, a los ritos a
los cuales debemos unirnos sino a la palabra de Dios, unirnos a Dios por
mediación de ella. El que es circuncidado en su espíritu ha echado de sí mismo
su cuerpo pecaminoso y carnal y vive una vida nueva que le sale desde adentro
del corazón y la gracia de Dios por sus poros (Col.2:11,12). Entonces Dios
alabará tu vida cristiana, la que sale de dentro.
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