No pienses en las caras que tienes que volver a mirar
ROMANOS 11:23
"Y
también ellos, si no permanecen en su incredulidad, serán injertados, pues
poderoso es Dios para injertarlos de nuevo".
Si eres un apóstata y andas en busca de una
genuina esperanza que te ayude en tu recuperación, aquí la tienes. No midas la
longitud del regreso que tienes que hacer, no cuentes los pasos que tienes que
dar para atrás, ni pienses en las caras que tienes que volver a mirar, ni las
preguntas que responder, ni el asombro que notar, ni las confesiones que hacer,
mide solamente la expansión del amor divino en estas palabras, y cómo con
energía espiritual el apóstol establece que habrá un retorno para los que han
rechazado al Señor, para los que han perdido los privilegios que tenían, como
Israel, y anuncia para que nadie lo dude que ese injerto se producirá por el
poder de Dios.
No
pienses que tu re-injerto sea difícil, en la vergüenza y tu humillación, en tu
culpa, sino que todas esas cosas las manejará con su poder, Dios. Lo tuyo es
dejar la incredulidad, creer lo que rechazaste, recoger lo que dejaste, aceptar
de nuevo a Cristo y que Dios, por medio de algún bondadoso siervo, vuelva a
“formar a Cristo en ti” (Ga.4:19).¿Te has cansado de tu incredulidad? Pues
entonces estás bien cansado, por la gracia estás cansado, te has defraudado de
tu incredulidad y tus amigos incrédulos, como te has acercado a la vida de
ellos te has dado cuenta que tampoco ellos están conformes con ser incrédulos
pero que no tienen como tú la opción de la gracia de Dios y continuarán
desdichadamente encerrados dentro de las rejas del escepticismo. Aprovecha las
cercana ocasión que ahora tienes para tu re-injerto. Piensa más bien en las
sonrisas y abrazos que te van a dar, ninguno te hará alguna mueca, porque te
recibirán como a un Lázaro en su casa, resucitado.
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