Ese evangelio no me gusta
HECHOS 24:22-27
"Y al disertar Pablo sobre la justicia, el
dominio propio y el juicio venidero, Félix, atemorizado dijo: Vete...".
Uno puede pensar que Félix por humanidad trató con alguna consideración a Pablo
(v. 23), pero en realidad lo que buscaba era dinero, le oía y le oía; me
imagino a Pablo tratando de predicarle y a él tornando la conversación hacia la
situación del preso. Viendo el apóstol que no adelantaba en ningún lado le
predicó sobre esos temas que lo espantarán
pero no lo convertirán. ¿Eres de esos que se asustan si oyen hablar de
la muerte y del infierno pero no aceptan el arrepentimiento y la fe en Cristo?
Se le pusieron los cabellos en puntas y dijo "vete, cállate, en vez de
procurar hacerte simpático me asustas con cosas del otro mundo. Tu sermón me ha
impactado pero se me pasará, podré olvidarlo y no oír ninguno más allí, ese
evangelio no me gusta". Es un sobresaliente contraste entre Pablo y muchos
de los predicadores modernos que tratan de ganar a los hombres pervertidos con
palabras dulcísimas, llenas de la miel de la gracia del evangelio y sin una
gota ácida extraída de los diez mandamientos. Aunque se predique a Jesús hay
que hacerlo acompañar, temporalmente, con Moisés y con Elías, so pena que
alguno murmure que fue un sermón negativo y diga que no le gustó y en vez de
decir como Félix, vete, diga me voy.
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