Providencia acumulada

                                                                 Levítico 26:10
“Y comeréis las provisiones viejas y sacaréis lo añejo para guardar lo nuevo”. 

¡Qué seguridad, Dios mío! Con tanta abundancia que no se gasta lo que uno tiene y Dios le dio. Aunque le demos las gracias por “el pan nuestro de cada día”, es pan de providencia acumulada. De eso son testigos nuestros ahorros. No estés intranquilo cuando te estés comiendo lo añejo, Dios te ha dado para que te alcance y estés tranquilo. No hagas demasiados cálculos en cuanto al futuro sostenimiento, deja algunos cabos sueltos a la sabiduría y providencia de Dios, que él es sabio, está atento y nunca falla. Palabras muy apropiadas para mantener responsable esperanza en el corazón de los que han envejecido, los retirados. Los jubilados. Y si se diera el caso de que no hubiera suficiente providencia acumulada en esta tierra, hay un tesoro celestial en la bondad de Dios que jamás se agota y descenderá oportunamente por el canal de la fe. Le la experiencia con la providencia. No tiene sentido que te preocupes porque se acabe lo añejo. Reposa tranquilo, santo envejeciendo.  Eso sería una intolerable carencia de fe. En sentido espiritual come lo añejo, las viejas verdades del evangelio, la eternidad de Dios, su omnipotencia, la salvación por gracia, alimenta tu alma con los añejos atributos divinos. Nadie tiene en su casa una gallinita que ponga huevos de oro.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Hiel de Betel, mal padre

Neginot y Seminit

El altar de tierra