Ser ministro del evangelio es una honorable excepción
Marcos 1:16-20
“Y dejando al instante las
redes, le siguieron “.
Ninguno pidió más explicaciones,
ni leer el programa, ni poder visualizar el futuro; no se escribe que hicieran
ni una sola objeción; simplemente él los llamó y ellos correspondieron. Jesús
era cautivante y es un privilegio acompañarlo. No dice que les prometió paga sino sólo trabajo, no convino con ellos
sobre un salario; el sostenimiento del grupo no quedaba a la fortuna sino en
manos de la providencia, y vendría en aumento, si hubiera sido posible, con la
calidad de sus enseñanzas; y se volvieron locos de entusiasmo al seguir aquel
líder con carismas y ser como él; y lo siguieron dejándolo todo, sin dilación,
sin demoras. Después se darían cuenta que el llamamiento al ministerio no era
de todos sino una honorable excepción (Luc.9: 57-62). Es raro que alguno
comience en el ministerio sin dejar algo. Redes, trabajos o familias. A otros
les pidió que lo pensaran dos veces a otros les dijo “vamos ahora mismo”. Y
tuvieron ese honor.
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