Dale sopa a los desamparados, y apoya el evangelio
Dale sopa a los desamparados, y apoya el evangelio
Marcos 14:4
"Pero algunos estaban indignados y se decían unos a
otros: ¿Para qué se ha hecho este desperdicio de perfume?".
No hagas caso de los materialistas que piensan que el dinero
que se emplea en la obra de Dios es un "desperdicio". Conocemos por
los otros evangelios que esta idea salió de la cabeza de Judas y se la exportó
al resto lo discípulos; esto enseña lo que es la influencia, y las ideas
peregrinas que vuelan por el mundo. La motivación era mala aunque el fin bueno.
Pero el “desperdicio” sobre Jesús, mejor. Hay quienes piensan que las finanzas
del reino están mejor usadas cuando se emplean en obras de filantropía que en
la adoración: evangelización, compras y distribución de Biblias, tratados
evangélicos, construcciones religiosas, viajes misioneros, etc. ¿Sabes? El más
consagrado humanismo puede esconder mucha incredulidad y hallar mejor razón
para dedicar sus vidas a los pobres que a la adoración a Dios; por muy hermosa
que sea esa misión no justifica abandonar lo más importante. Darle sopa
caliente a los desamparados en invierno no es el principal mandamiento para una
iglesia evangélica. Es el segundo. Dale sopa y apoya el evangelio.
Por otra parte no te hagas la ilusión que si tienes que
darle pan y pescado a una multitud de cuatro mil personas, la mitad de ellas, o
alguna que otra continuará viniendo para escuchar el evangelio. Posiblemente no
le veas el pelo a ninguna. Tal vez vuelva otra vez a buscar algo pero no para
sentarse a oír a Jesús. Si alguno regresa es un milagro de la gracia y por lo
general teniendo esa motivación se pueden contar con los dedos. En vez de
buscar las cabezas para contar a los que han regresado, la mejor alternativa, o
quiero decir la única, es mirarle el rostro compasivo a Jesús y su sonrisa al
mirarte hacer una buena obra. Ésa es todita tu recompensa, y además está de más
decir que es la más satisfactoria. Uno siente que lo ha adorado y una sonrisa de
aprobación del Maestro vale más que todas las acciones de gracias humanas del
mundo.
Con todo y lo dicho,
en cualquiera área que corresponda a los ministerios de Jesús, lo que se
invierta jamás es un desperdicio, ni tirar el dinero porque si vamos a ver, más
desperdicio es darlo a los pobres que invertirlo en predicar el evangelio, que es
la prioridad porque se corresponde a la esencia básica ministerial de la
iglesia, y lo de los necesitados tiene más de filantropía que de evangelismo
inteligente.
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