Jesús no era un predicador vulgar ni un chapucero
Hechos 4:13
"Al ver la confianza de Pedro y de Juan, y
dándose cuenta de que eran hombres sin letras y sin preparación, se
maravillaban, y reconocían que ellos habían estado con Jesús".
Del vulgo. Esto
no es una excusa para no ocuparse en leer (1Ti.4:13; 2Ti.4:13), y no comprar
libros devocionales que inspiren el alma y hagan crecer la fe y la esperanza
celestial. Ni comentarios que robustecen el entendimiento de la Escritura.
Tampoco es una excusa para no hablar y escribir bien el idioma y para predicar
diciendo palabras mal dichas que desacreditan el evangelio y la oratoria
cristiana, o escribir con horribles faltas de ortografía. Nuestro Señor no fue
un hombre sin letras y del vulgo y aunque le predicaba a muchos analfabetos no hacía
descender sus palabras a aplicaciones feas en un afán de ser contemporáneo. No tenía títulos rabínicos pero sí muchos
conocimientos y por eso le llamaban rabí (Luc.2:52). Sus palabras, como por
ejemplo el Sermón del Monte y las muchas parábolas que imaginó, son muestras de
su cultura, como quien diría, de autodidacta. En cuanto a los apóstoles, parecían
más cultos; el Señor les había dado sabiduría. La íntima y diaria relación con la Escritura
hinche de conocimientos el intelecto. Cada
cristiano inteligente debiera llegar a ser como un rabino cristiano, “docto en
el reino de los cielos”, sacando de su bendecido cerebro cosas viejas y nuevas
(Mt.13:52). No era vulgar ni un chapucero.
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