Renunciaron al pecaminoso libre albedrío



¿Cuál de los dos hizo la voluntad del padre? Ellos dijeron: El primero. Jesús les dijo: En verdad os digo que los recaudadores de impuestos y las rameras entran en el reino de Dios antes que vosotros (Mateo 21:28-32).

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Ellos, los publicanos y rameras, gustosos lo oyeron; hacía tiempo que deseaban cambiar la condición de vida en que vivían (como Zaqueo) por otra mejor y Juan el bautista les despertó esa ilusión con la predicación de la venida del reino de Dios; se dijeron: "no queremos seguir siendo lo que somos ni vivir como vivimos, hace rato que pensábamos tener un cambio pero no encontrábamos una motivación o razón para el cambio, queríamos ocupar otra posición social en el reino de Dios, estamos seguros que habrá un reino de Dios mejor que éste, y queremos participar de él siendo nuevas personas; si tú nos das la seguridad que personas como nosotros pueden participar del reino de Dios aquí estamos, "esperándolo y apresurándonos", no nos excluimos”.
Jesús les quiso decir: “Los ladrones y rameras están haciendo cola para oír el evangelio y ustedes, los religiosos, no aceptan la invitación”. Nota que es bueno ir delante y no detrás hacia el reino de Dios, demorarse no es sabio, porque los que van delante pueden perderse de vista y los de atrás hallar más difícil moverse hacia él, y cuando lleguen encuentren la puerta cerrada (ver los del diluvio, 25.10, Ge 7.16; 19. 11-15); y además pueden perder el camino.
Y el centro de la salvación es hacer la voluntad de Dios. Eso fue lo que quiso enseñar el Señor con la pregunta; y ellos lo entendieron bien, que el fin de la vida no es hacer lo que uno quiere y vivir como le gusta sino tener en cuenta los gustos y pensamientos divinos. Los publicanos y rameras entendieron que la voluntad de Dios para ellos no era sólo que oyeran la lectura de la ley, que compusieran salmos y alargaran las oraciones sino que renunciaran al pecaminoso libre albedrío y se rindieran ante la santa soberanía de Dios, haciendo su voluntad.

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