Repara tu fe esta mañana de resurrección
Mientras ellas iban, he aquí unos de la guardia fueron a la ciudad, y dieron aviso a los principales sacerdotes de todas las cosas que habían acontecido. Y reunidos con los ancianos, y habido consejo, dieron mucho dinero a los soldados, diciendo: Decid vosotros: Sus discípulos vinieron de noche, y lo hurtaron, estando nosotros dormidos. Y si esto lo oyere el gobernador, nosotros le persuadiremos, y os pondremos a salvo. Y ellos, tomando el dinero, hicieron como se les había instruido. Este dicho se ha divulgado entre los judíos hasta el día de hoy. Pero los once discípulos se fueron a Galilea, al monte donde Jesús les había ordenado. Y cuando le vieron, le adoraron; pero algunos dudaban. Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén (Mateo 28. 11-20).
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“Cuando le vieron, le adoraron; mas algunos dudaron”.
La “gran comisión” suele ser extraída de su contexto. La mayoría de la iglesia la oye separada del resto de la narración y lo que pasó con los soldados y los sacerdotes. Los discípulos estarían dispuestos a cumplir la “gran comisión” pero no pueden. El texto enseña cómo enfrentarnos a un mundo lleno de mentiras donde el poder del dinero parece superior al de la doctrina y los hombres no aman la verdad y hasta se oponen a que los otros la crean.
La primera parte trata sobre la divulgación de mentiras y las herejías y la segunda, antes de llegar a la Gran Comisión, el indispensable requisito para poder cumplirla, que la iglesia se libre de sus dudas y tenga comunión con él; entonces podrá así fortalecida, segura, oponerse a toda propaganda costosamente levantada contra el Señor; segura por sus palabras que el triunfo será de ella y que los mejores argumentos contra las impías mentiras serán lo que habían visto y oído, las experiencias apostólicas, lo que hoy llamamos “los cuatro evangelios”.
Los discípulos no se dedicaron en primer lugar a refutar las mentiras sobre la resurrección de él; sino que le volvieron la espalda a esos calumniadores y se fueron a una reunión con Jesús donde había más de 500. El Señor sabía lo qué estaba pasando con aquellos falsos testigos pero le pidió a la iglesia que fuera a aquella reunión con él para confirmarle en la misma verdad que otros estaban negando.
Lo principal no es combatir las enseñanzas que otros niegan sino creerlas nosotros. Uno puede convencer a otros de verdades que completamente no cree. Ahí tienes el mundo escéptico afuera y la iglesia adora. ¿No ves? Todos no estaban mentalmente seguros de la resurrección y aquella reunión les ayudaría mucho para convencerse. Mientras se arrodillaban, dudaban, mientras le miraban, oían, contemplaban al Verbo de Vida ¡dudaban!
¿No te ha pasado así con tu adoración que mientras lees la Biblia, oras, cantas, predicas, combates, dudas? ¿Cómo podrás salir a enfrentarte con el pecado, un ejército compacto de heréticas mentiras, que demandan tanta fe si tú mismo necesitas confirmación de esas verdades que atropellan? Tienes que reunirte con Jesús pues corres el peligro de ser abatido por las mentiras que combates (herejías) y perder tu poca fe.
Si la iglesia no se cura de su incredulidad no podrá testificar victoriosamente de la doctrina que mantiene en su credo. La adoración a Jesús es la mejor forma de conocer cuánto creemos y cuánto no. Cuando uno adora lo sabe, se ve tal y cual es, notas tus enfermedades y si las confiesas, te sanas. Como lo quiso el Señor, que sus discípulos estuvieran primero con él y después, sólo después enviarlos a predicar (Marcos 3:14). Jesús no ocupó aquella mañana de resurrección en invitarlos a una cena con sus familiares y amigos para brindar por su triunfo sobre el pecado y la muerte, sino para que no quedara en sus mentes ni un vestigio de dudas y pudieran así, seguros, ir por todo el mundo predicando lo que habían palpado y contemplado tocante al Verbo de Vida.
Estimado pastor Humberto,
ResponderEliminarrecoge la historia que la guardia romana estaba formada por cuatro soldados. De estos cuatro soldados, uno siempre tenia que estar vigilante y alerta, mientras el resto se permitia cierto descanso, pero nunca dormirse. Asi se rotaban. Los que descansaban estaban listos, con sus armas bien cerca para responder a la mas minima alarma de peligro de parte del centinela. La disciplina militar del Imperio Romano era ferrea, estricta, implacable y a veces hasta cruel. El hecho de que aquellos guardias estuvieran dispuestos a decir a sus superiores que ellos se habian dormido durante la guardia era algo bien serio. El soborno de esos soldados tuvo que haber sido grande para que ellos cayeran en manos de la disciplina romana. Pero lo que quiero hacer notar es que era casi IMPOSIBLE que la guardia romana se durmiera debido al peso del castigo que ellos sabian, por lo tanto, los soldados romanos fueron testigos de como la piedra fue quitada de manera milagrosa, y vieron cosas que ellos no pudieron explicarse.
Respecto a lo que dice de la incredulidad en la iglesia, le comparto unas palabras que me dijo un pastor evangelico mientras comiamos juntos. "EL MUNDO ESTA COMO ESTA, PORQUE LA IGLESIA NO HA LOGRADO IMPACTAR AL MUNDO". Yo pienso que el esfuerzo de la iglesia se ha canalizado a hacerse notar en el mundo. La Iglesia le dice al mundo: "Pssss, hey....estoy aqui....." Pero el mundo no necesita que la Iglesia solo se haga notar en presencia, sino que sea impactado por esta. Eso no ha ocurrido en la medida que se necesita.El mundo necesita ser impactado por la Iglesia y el poder de Dios.
Feliz Domingo de Resurreccion.
Saludos en el Senor,
su consiervo, Felipe.
Felipe, ¡qué interesante está tu comentario, añadiste algo bueno a lo que dije. Lo de la iglesia y el mundo es cierto, parece que en algunos o muchos sentidos la sal ha perdido su sabor y le hacemos al mundo el juego, o guiños de complicidad. ¿Suena duro, eh?
ResponderEliminarSi, suena duro...pero es cierto, y ahora para tapar el pomo, el movimiento emergente, un fenomeno teologico-eclesiastico, que ni los estudiosos pueden definir. Un relativismo a ultranza. Uno de ellos tuvo que decir: "...es como las olas del mar...." Imaginese....no hay una ola igual a otra.....
ResponderEliminarCuestionan el nacimiento virginal de Cristo, la trinidad, la muerte en la cruz, lo cuestionan todo, y se levantan contra las "tradiciones" de la iglesia ortodoxa, pero para hacer la diferencia entonces van al otro extremo, una chavacaneria, un concepto irreverente de la adoracion, rompiendo esquemas....pero lo rompen todo. Se parece a la Revolucion de Fidel Castro en Cuba, que llego quitandolo todo, y todo no habia que quitarlo.......terminaron rompiendolo todo en mil pedazos.
Pastor.....asi esta el mundo, por eso, hay que aferrarse a la Palabra, y lo que se salga de ahi.....SEA ANATEMA.
Saludos, y bendiciones
Felipe.