Jehová de Australia y del Continente Negro
Porque trabajaron para mí, dice Jehová (Ezequiel 29:17-20).
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Jehová es Dios de lo religioso y de lo secular. Está sobre el escogido Jacob y el profano Esaú. ¿No es de él “el mundo y los que en él habitan”? Su soberanía llega hasta China, la levanta como potencia económica y engendra en sus entrañas una iglesia cristiana en su subsuelo, pasa por Nepal, entra en India, sube al Himalaya y baja a Tofet en el valle del hijo de Hinom.
Tiene autoridad dentro del paraíso, sobre todo árbol, el de la vida y el de la ciencia, en el púlpito y la cátedra, sobre el bien y sobre el mal, sobre la mentira y la verdad, sobre la vida y sobre el holocausto de bebés en la fosa de los abortivos, sobre todo lo sembrado en el mundo, sobre la zarza y el arrayán, y sobre el sudor que cae de la frente del hombre que cultiva, sobre Escol y sobre la higuera estéril.
Sobre el oro que está en la tierra de Havila, dentro del paraíso que es bueno, que lo guarda la iglesia para las misiones, los pobres y el ministerio de la Palabra, y sobre el oro de afuera, manchado con sangre que le quita Pizarro al inca Atahualpa; es Dios sobre el río Pisón y sobre el Eufrates, sobre el Nilo y el leviatán, y sobre el Jordán, en el Mar de Genesaret, sobre el pescado de Pedro, y sobre el Mar Muerto, sobre el Mar Rojo y los vientos fuertes allí, y la caballería hundida en el fondo, y sobre el Mar Negro en el Caúcaso, cerca donde no se podía decir libertad.
Gobierna en la luna y dentro de Marte, y Jehová todavía no abandonado el planeta Tierra.
Oye, el Padre de Jesucristo, los “gemidos indecibles” del Espíritu Santo, los de la creación que suspira a una contra el pecado y “la voz de la sangre de Abel que clama a él desde la tierra” y por eso y muchísimo más la historia secular trabaja para bien a los que aman a Dios.
La conquista por los caldeos sobre los egipcios fue un trabajo, que le hicieron a Dios, y todos los tesoros de Egipto la paga. No es darle un sentido religioso a la historia profana sino hallarle su verdadero sentido. Cuando pasa algo en el mundo, debemos preguntarnos: ¿Qué tiene que ver eso con la iglesia? ¿En qué perjudica o favorece al pueblo de Dios?
El eje del mundo es la iglesia y todo lo que en él pasa, gira a su alrededor. ¿No ves como los cambios sociales la afectan? Sean tiranías o democracias, todos los gobiernos trabajan, haciendo bien o mal, para Dios. No es sólo Dios de la historia cristiana sino de la profana, la de los caldeos, medos, persas, griegos, romanos, de oriente y de occidente, de Asia y de Europa, y no es menos de la enorme Australia y del Continente Negro.
Que hermosas palabras, bendito sea su pensamiento hermano, a Dios Soberano sea toda la Gloria. Por El, y para El son todas las cosas, las que estan en los cielos, en el mar, en la tierra, y debajo de la tierra.
ResponderEliminarHe dicho muchas veces, en clases, en mensajes, y ahora la vuelvo a decir aqui, y no por ultima vez: DIOS ES TAN GRANDE QUE SE OCUPA DE LAS COSAS MAS PEQUEÑAS.
Saludos,
Felipe Gonzalez.