No hay juicio ni infierno porque no hay diablo, pecado ni Dios
GENESIS 19:12-14
“Entonces
los dos hombres dijeron a Lot: ¿A quién más tienes aquí? A tus yernos, a tus
hijos, a tus hijas y quienquiera que tengas en la ciudad, sácalos de este
lugar; porque vamos a destruir este lugar, pues su clamor ha llegado a ser tan
grande delante del Señor, que el Señor nos ha enviado a destruirlo. Y salió Lot
y habló a sus yernos que iban a casarse con sus hijas, y dijo: Levantaos, salid
de este lugar porque el Señor destruirá la ciudad. Pero a sus yernos les
pareció que bromeaba”.
¿Tienes aquí alguno más que quieras que se salve?
Los ángeles conocían toda la parentela de Lot, pero les estaban preguntando por
los vecinos, amigos, compañeros de trabajo, etc. ¿Quieres que el bodeguero de
la esquina se salve? ¿El panadero, el copero, el herrero, el farmacéutico, el
médico? ¿Alguien que sea como tuyo (tienes)? Y Lot se quedó pensando un
tiempo y le respondió: “no, sólo mis futuros yernos”. Por su mente pasaron
muchos nombres: “no, éste no, éste tampoco, no creerán, aunque se les
predique, sería como echar las perlas a los puercos, me despedazarían”.
Sus
ilusiones de salvación con los yernos tampoco funcionaron. Si alguna vez pensó
que se convertirían a la fe en este momento se dio cuenta que jamás cambiarían.
Allí no había esposo fiel para sus hijas. Tomaron el mensaje como una broma,
como si fuera un chiste. Ver algo similar en Mateo 27:47. Les habló del juicio
y se rieron queriéndoles decir que no creían esas cosas, que lo que tan solemne
les decía lo tomaron como un chiste o una broma porque no creían en un juicio
venidero, ni alguien que se ocupara de eso, o sea, si fueran actuales, “no
creemos en esas cosas de viejos”, “no hay juicio ni infierno porque no hay
diablo, pecado ni Dios”. Y se quemaron en el fuego que no creían con un juicio
que pensaban era imaginario.
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