No debieran publicarse Biblias con las palabras de Jesús en rojo
MATEO 1:25-30
Estas palabras:
"nadie conoce al Hijo sino el Padre ni al Padre conoce alguno sino el Hijo
y aquel a quien el Hijo lo quiere revelar" suenan a algunos como un
comentario de la iglesia o de Mateo. Si así fuera, ¿hay daño porque diga que el
Señor las dijo? Esas son palabras del Señor, las hubiera dicho literalmente o
no, son una contundente verdad comunicada por el Espíritu Santo. No se debe
olvidar que los evangelistas hicieron teología y que los evangelios no
contienen sólo las palabras de Jesús sino la cristología de ellos. Y es lo
mismo lo que salió de la boca de Jesús por lo que inspiró el Espíritu Santo. No
hay distinción y no debiera haber Biblias con letras rojas para exaltar lo que
Jesús dijo y en el común color negro las que escribieron los evangelistas. Es
una idea comercial, una mala idea. Esas palabras: "a quien el Hijo lo
quiera revelar" son, posiblemente más auténticas, dentro del ministerio
del Espíritu Santo que en el ministerio terrenal del Señor. Y hace emerger la
soberanía divina en la salvación. Que es teología apostólica.
Pero son una verdad
indisputable, nadie conoce completamente al Padre sino el Hijo ni nadie conoce
completamente al Hijo sino el Padre. Tenemos que confiar que las palabras de
los evangelistas son sanas y consecuentes con las palabras que Jesús dijo. El
Espíritu Santo quiso que tuviéramos los evangelios así conformados, no sólo con
las palabras de nuestro Señor sino también con su aplicación, como la usaron
nuestros hermanos, que es lo que llamamos teología. Los apóstoles y profetas no
pudieron haberse equivocado porque el fundamento de sus escritos, tiene como
piedra del ángulo a Jesucristo mismo. Sobre el Nuevo Testamento entero se
edifica la iglesia.
Todas estas palabras
tratan del conocimiento de Dios y de Jesús. Nota en el v. 25 que dice que
fueron escritas mucho tiempo después, "en aquel tiempo...". Y
concuerdan perfectamente con lo que bajo el ministerio del Espíritu la iglesia
está experimentando: Dios se ha revelado a los niños, ha guardado sus secretos
de los más cultos e inteligentes, la gente sencilla y lo común del pueblo está
aceptando a Jesús y los intelectuales en su mayoría no. No hay muchos sabios y
entendidos entre ellos. En fin, el título obedece al hecho de que no debe
existir diferencia entre lo que Jesús dijo y lo que dijo el Espíritu Santo.
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