Ya sin Biblia lo que es bueno o malo lo determinan ellos
ROMANOS 1:16 "Porque no me avergüenzo del evangelio, pues es el poder de Dios para la salvación de todo el que cree". El apóstol sabía que en Roma se encontraría con la élite intelectual de su época, aquellos espíritus superiores, como en Atenas, que se reirían de sus doctrinas, sobre la existencia de un solo Dios, un único mediador para los hombres y sobre todo muerto y resucitado. Eso les daría risa y lo tendrían como un loco (Hch.26:24,25) y se burlarían de tales descabelladas enseñanzas. Pero no está dispuesto a cejar en sus doctrinas y sin ocultar ni una sola de ella las predicaría todas, sin excepciones, sin rubor intelectual porque él no sería el equivocado y quien cree y dispersa mentiras, sino ellos, los de más ínfulas intelectuales, los sabiondos en la capital intelectual del mundo, Atenas, y el centro del poderío del imperio, Roma. No se avergonzaría de sus producciones literaria porque su literatura aunque no fuera popular era la mejor, y su púlpito,...