Es mejor que no haga señales y estudie teología
Juan 10:41
“Y muchos vinieron a Él y decían: Aunque Juan no
hizo ninguna señal, sin embargo, todo lo que Juan dijo de éste era verdad”.
Juan no hizo milagros pero tuvo una cristología correcta. Y lo que dijo Pedro,
Santiago y Pablo también. La cristología de la iglesia es correcta. La de los
gnósticos no. Si a la iglesia se le diera la capacidad de hacer continuos
milagros, y contrario a lo que pasó con Juan el bautista, lo que dice de Jesús
es incorrecto, o sea que tiene una cristología equivocada, una doctrina porosa,
con el transcurso del tiempo ella sucumbe. Los milagros extraordinarios, las
señales del siglo venidero, ya no son necesarios para establecer la veracidad
del cristianismo. Un cristianismo responsable tiene que tener una teología
responsable, invicta ante los cambios filosóficos y sociales del mundo. De Juan
el bautista se ha dicho que no se ha levantado un profeta como él, y eso lo
testificó Jesús. Si ninguno de los antiguos profetas, con aquella visión del
futuro y valor que tuvieron, no les llegaron al hombro siquiera de Juan el
Bautista, y éste no hizo ninguna profecía extraordinaria, ni tampoco sanó algún
paralítico, algún ciego, ni resucitó algún muerto, ni hizo descender fuego del
cielo, ni subió en una carroza celestial hacia la gloria, sino que fue
decapitado, entonces lo que el cristianismo necesita son argumentos para llevar
cautivo todo pensamiento viejo y moderno, a la obediencia a Cristo (2Co.10:5),
esto es, para garantizar para un muy largo período, por ejemplo posmoderno, su
total triunfo.
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