Aunque salve a uno solamente
“Por tanto, todo lo soporto
por amor a los escogidos, para que también ellos obtengan la salvación que está
en Cristo Jesús, y con ella gloria eterna” (2 Timoteo 2: 10).
El apóstol dice, "he
sido enviado detrás de estas rejas por tratar que los escogidos se salven”. Todas
las recomendaciones anteriores son con vistas al evangelismo; porque el diablo
no nos deja llegar hasta dónde están los escogidos, sin mucha dificultad.
¿Crees que porque tardas en ganar a los escogidos, ya no queda ninguno? ¿Acaso
están todos en el cielo? Pablo insiste en que Timoteo haga “obra de evangelista”
y así cumpla su ministerio (4:1-5).
Evangelizamos buscando a alguien, a algunos, y decimos
“éste no es, éste tampoco, a éste no le importa lo que digo, este otro es como un
puerco que no aprecia las perlas que le pongo delante, aquel no tiene oídos para
oír”; y así sigo buscando, voy preguntando a muchos, rogándoles que se
reconcilien con Dios porque tengo ese encargo, son “muchos los llamados y los
escogidos pocos”, tan pocos que parece que no hay ninguno, hasta que al fin
hallo alguien a quien el Señor le abre el corazón para que atienda el
evangelio. Es una señora que vende un tinte púrpura, y ella se bautiza y los
suyos también. Y me ingresan, apaleado en la cárcel, y canto y oro para todos,
y uno sólo de todos, el carcelero, es el que me pregunta qué debe hacer para
ser salvo, y ése también se bautiza y su familia. Siempre son algunos, la
minoría, unos simbólicos 144,000.
Hay que emplear muchos evangelistas para encontrar a los
escogidos porque casi parece que no existen, pero existen y ellos son nuestra motivación
evangelística y lo que da perseverancia a nuestro esfuerzo por conocerlos,
hablarles y reunirlos con los otros que ya han llegado al conocimiento de la
verdad. No me digan que porque sostengo las mismas doctrinas que Calvino,
porque abrazo la predestinación doble, una para Jacob y otra para Esaú, que me quedaré
con los brazos caídos y los pies paralizados
sin salir a buscarlos; al contrario, sé que hay escogidos por Dios que todavía no han
alcanzado la gracia de la fe y del arrepentimiento, y que llegado el momento la
palabra de Dios arribará oportunamente y le entregarán a ella todo el corazón.
Si uno solo influí con mi vida, si por uno
solo mis oraciones fueron contestadas, si uno solito creyó a mi anuncio, ese
solito me consuela, es una joya que pongo en la corona de Jesucristo.
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