Abuso infantil
Estoy leyendo el libro Cultural Shift (cambio cultural) de Al.
Mohler. Su percepción de cómo van las cosas con la Corte Suprema y la educación
de los niños en Estados Unidos, arranca de mi pecho un gemido. ¡Ay Señor, por qué
Señor si eso es contrario a nuestra constitución! Esto es lo que dice el juez
Stephen Reinhardt “ no existen los derechos fundamentales de los padres para ser
los exclusivos proveedores de información sexual para sus hijos, ya sea en
relación con su derecho independiente para criarlos y educarlos.
“Recuerde que los niños en
cuestión tienen apenas cinco años. A los padres en California se les dijo
tajantemente que no tienen ningún derecho fundamental para ser los educadores
exclusivos de sus hijos en materia sexual. Por supuesto que a los ojos de
muchos padres esta afirmación consiste nada menos que en un equivalente de lo
que es abuso infantil. Llevados por una agenda secularista e influenciada por
una élite radical de burócratas y teóricos, las escuelas del gobierno ahora
sirven como motores para la secularización y radicalización de los niños"
(página 56,57).
Ante esa amenaza se requiere un
contraataque diario doméstico, sin que pase un solo día cuando los padres se
informen de modo verbal y por los libros lo que se les ha enseñado,
neutralizando de ese modo la influencia escolar y cimentando desde temprana
edad los fundamentos de los hijos, dándoles ya la convicción que la fe y los
principios cristianos tienen muchos enemigos y han de vivirse como un desafío
sin importar el poder de la cultura, su popularidad y número. De todos modos
siempre el cristianismo desafía la cultura y si el que lo enseña en casa no lo
hace, es que no está enseñando bien.
Por otra parte hay padres que
escogen la alternativa de enseñar a sus hijos, porque hay programas disponibles
que permiten hacerlo y reciben por parte de la academia la certificación. Si se
opta por eso los niños quedan fuera del alcance de maestros seculares,
liberales y amorales, aunque crecerán un poco descontextualizados, sin
oposición ideológica, y madurarán sin haber combatido a una cultura hostil
dentro de la cual tendrán que vivir. Mis hijos fueron criados según la primera
opción, no los sacamos del mundo pero los enseñamos a vencer al mundo y a no
amar el mundo, y ya adultos conocen la fragilidad de la oposición anti
cristiana y se han asegurado sobre la convicción que todo lo del evangelio es
superior, y con ese sentimiento sin sentirse menos, sin rogar por alguna
aceptación, con una mentalidad independiente, llegaron hasta la universidad y se
graduaron.
Hicieron fallar con nuestra colaboración, todo el programa
gubernamental para deformarlos, y se dieron cuenta que el secularismo
anticristiano es fuerte por la poderosa élite adinerada y corrupta que lo
promueve pero que no hay que tenerle miedo porque la razón humana lavada por la
palabra de Dios, la profunda instrucción bíblica y el protagonismo
insustituible y único de la familia en la educación heterosexual. Es ella y no
la escuela la que define lo que es un hombre y una mujer, un matrimonio, que
hay solamente dos sexos, no tres, no el maestro o la maestra, que son intrusos
y si aprovechan que les confiamos los niños para que en ciencia, arte o
literatura los eduquen, y quieren convertirse en “proveedores de la educación sexual
de ellos” sin nuestro consentimiento, podremos acusarlos de abuso infantil.
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