Por favor, usa tu cerebro

Josué 1:8

“Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien”.


En LBLA aparece la palabra éxito en vez de “y todo te saldrá bien”. El éxito no es un milagro sino el resultado de un proceso dentro de una conducta dedicada a vivir como Dios enseña. Quizás uno hubiera esperado que Dios comenzara diciéndole a Josué que su Libro no se apartara de su corazón o de su mente sin embargo eso lo dice después, lo primero que le menciona es que la Escritura no se aparte de su “boca”. Eso quiere decir que está hablándole al Josué predicador y maestro de Israel, cuyo deber es ensenarle diariamente al pueblo la ley de Jehová. Josué era primero que todo predicador de Israel y luego soldado y conquistador.


Es que estaba bien elegido por Dios para que hiciera la guerra bíblicamente con menos estrategias bélicas y más bendición de Dios. Su trabajo y su éxito sería una revelación de Dios. El Señor le dijo que su éxito estaría relacionado con sus meditaciones bíblicas, “sino que de día y de noche meditarás en él”. Dios le dio la ley a Moisés y le dijo a Josué que la tomara de día y de noche y meditara en ella. Algo así como: “La conducción de mi pueblo es espiritual; el éxito de tu vida y profesión dependerá de tus meditaciones y lo mucho de mí que tengan tus pensamientos”.


Cuando él tomó su puesto ya había una Biblia con cinco libros escritos los cuales debía estudiar. No sólo leerlos sino meditar en lo que leía y relacionarlo consigo mismo para vivirlo y para ensenarle ese producto al pueblo que tenía que conducir a la victoria. Es decir, lo que el pueblo oía eran sus exposiciones bíblicas, el resultado de sus meditaciones, oraciones y comentarios. Si lo quería podía repetírsela de memoria y además y hacerle comentarios que saldrían de sus labios en forma de estudios bíblicos y sermones pertinentes a la situación de la iglesia en general y de los hermanos que buscaran consejo de él.


Cuando el Señor le dice que medite de día y de noche no le quiere decir que no duerma ni haga nada más sino que medite en ella mucho, que si hace otras cosas para Dios la meditación tiene la prioridad porque el sitio de su éxito no es primero en el campo de batalla sino en su escritorio. El comandante del ejército de Jehová por muy ocupado que se hallara cercenando males tiene que encontrar tiempo para "meditar" en la Palabra de la ley que escribió Moisés.


La guerra por Jehová y por Jesús sigue haciéndose con meditaciones bíblicas, con menos confianza en planecillos inventados a última hora y estrategias humanas si es que queremos limpiar la tierra del cananeo, el heveo y el fereseo que son borrachos, idolatras, adúlteros, fornicarios, afeminados, se echan con varones en la cama, malas bestias, siempre mentirosos, abusadores, avaros, mirones de pornografía y cosas semejantes a estas, para que sean sanos en la fe y puedan ser llamados “santos y fieles en Cristo”. Si ellos persisten en morar donde va el reino de Cristo no veo otra manera de expulsarlos y que no regresen si no es a punta de espada del Espíritu, de lo contrario nunca tendremos fuerza para sacarlos del territorio del corazón humano porque ellos dicen “a Jesús conozco, y sé quién es Pablo, pero vosotros, ¿quiénes sois?”; unos irreflexivos conquistadores que sin usar mucho el cerebro pretenden llevar cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo. Dios le dijo a Josué “si quieres tener éxito y que todo te salga bien, abre los cinco libros que Moisés escribió, usa tu cerebro y pelea con meditaciones”.


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