Por qué nuestros cultos no tienen resultados
Zacarías 8. 3
"Y Jerusalén se llamará Ciudad de la Verdad, y
el monte de Jehová de los ejércitos, Monte de Santidad".
La salvación
viene de los judíos y Jerusalén es un símbolo o tipo de la iglesia (1 Ti. 3:
15). Día glorioso cuando el Espíritu de gracia y de oración se derrame sobre
todos ellos y amen la verdad y la santidad (2 Te. 2: 10; Isa. 35:8). Jerusalén
será una ciudad de verdad cuando el rey en ella sea Jesús que es el Camino para
llegar a ella, la Verdad que se predica dentro de sus muros y la Vida que
practica. Entonces será otra Jerusalén o Nueva Jerusalén (Apc. 21: 27).
Entonces las formas de ayunos y suspiros tendrán sentido porque lo harán
principalmente por ellos mismos y no para ellos mismos, como dice
el profeta (12: 10-12). ¡Oh Dios, nuestros cultos no tienen resultados porque
la meta de ellos somos nosotros mismos y no tú; nos queremos reformar para
beneficio de nosotros y no para agradarte a ti! Nos parece humano y sublime que
amemos al prójimo y que procuremos salvarlos para que no sufran el infierno, y
eso es lo segundo, lo primero es que el pecador es un rebelde y deshonra a Dios
en un mundo que no es suyo y con una imagen divina que no merece tenerla porque
se ha declarado enemigo de él; por lo tanto lo más importante en la
evangelización no es la salvación de ese pecador sino la gloria de Dios, y por
ella es que hay que proponerle condiciones de paz a ese enemigo (Luc.14:32); no
para que las discuta sino para las acepte inmediatamente; y esas condiciones de
paz consisten en su completa rendición. Entonces nuestros cultos tendrán muy
buenos resultados.
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