Paguen las deudas sin una orden judicial

LUCAS 12:57-59       
(Mt. 5:25-26)
 57 ¿Y por qué no juzgáis por vosotros mismos lo que es justo? 58 Cuando vayas al magistrado con tu adversario, procura en el camino arreglarte con él, no sea que te arrastre al juez, y el juez te entregue al alguacil, y el alguacil te meta en la cárcel. 59 Te digo que no saldrás de allí, hasta que hayas pagado aun la última blanca.

Estas palabras aquí en Lucas se relacionan con la identidad de Jesús, pero cuesta mucho trabajo aparte de su intención cívica, aplicarlas a una escatología de juicio. Mejor sería trasladar esos versículos y recolocarlos donde Mateo los puso y con la intención que fueron dichas (Mt. 5:25,26), impedir los litigios entre hermanos de la misma fe, de lo cual el apóstol Pablo también habla (1 Co. 6:6,7).
Esta es la culminación de lo que ha dicho anteriormente con relación al examen acertado que se hace sobre las condiciones atmosféricas, y continúa aplicándolo al momento histórico, que él llama presente que están viviendo y las múltiples evidencias que está dejando en la historia eclesiástica y secular, para judíos y romanos, que quien tienen entre ellos es el Mesías prometido por las Escrituras judías. Jesús deplorando el carácter de ellos, llamándoles hipócritas, presiona sobre la actitud que tienen para que lo sometan al examen que requiere un asunto para encontrar la verdad y estar seguros para dar o no asentimiento. Los vv. 56,57 forman un estrecho lazo, donde Jesús se expone al examen y los reta a que traten de encontrar la verdad, a la cual él le llama "justo".
Es interesante la reflexión del v. 58 porque hace pensar como él estaba informado de las querellas entre compañeros de negocios que disputaban asunto de deudas y no lograban ponerse de acuerdo, perdían el sentido común y sin reflexionar para hallar alguna solución, que no tuviera que llevarse el asunto a los tribunales. Su sabio consejo es que cada uno no se aferre a una posición sino que encuentre un lugar intermedio entre los intereses del otro y el suyo propio y firmar algún acuerdo, por las buenas, sin que tenga que intervenir el juez y el alguacil, y uno de los dos vaya a parar con una sentencia a la cárcel. Donde se traduce alguacil, esa palabra indica un colector de deudas. Desde mucho tiempo atrás este asunto de deber dinero y no pagar por una razón y otra ha existido y nuestro Señor lo conocía.
Es primeramente una forma de expresión de su bondad social aconsejando a los litigantes que sean cuerdos y eviten que los problemas con el dinero pasen a marcas mayores, porque la cárcel no es un sitio agradable para ninguno, y los que se niegan a pagar pudieran ser echados allí y no dice que permanecerían encerrados hasta cumplir alguna sentencia de días sino hasta que consiguieran el dinero y pagaran lo que debía, cumpliera su compromiso financiero, la parte de su contrato, y entonces ya con un expediente manchado salir de la cárcel, y con ese mal récord a cuestas difícil sería poder conseguir a otro asociado. Y como indiqué al principio es más cómodo interpretar la primera intención de estas palabras con la que se halla en el primer evangelio, y eso hago, y dejo la trascendencia escatológica para los que puedan mejor que yo zurcir estas palabras en el paño de esa especialidad, si me prometen con respecto a lo de pagar el último centavo en la cárcel, no mencionar el purgatorio.

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