Dite cuatro cosas que bien te mereces
Joel 3:10
“Diga el débil, fuerte soy”; pero otra versión dice “diga
el cobarde, soy un valiente”; cualquiera de las dos traducciones es útil; la
primera está adaptada a una situación y es más conservadora con el original, la
segunda es un poco más liberal pero también útil, como un diminuto sermón. A
veces tenemos que hablarnos a nosotros mismos con respeto pero con firmeza y
decirnos la verdad en la cara: no soy un cobarde, soy valiente, no soy débil
puedo hacer eso, seré positivo conmigo mismo y no negativo; es una forma de
escapar de uno mismo cuando la mente se enflaquece y uno se vuelve débil sin
razón alguna, se pone tímido y huye sin que haya quien lo persiga (Lev.26:17);
debemos acabar con esa situación y además de orar sentarnos a nosotros mismos
en el banquillo de los acusados y decirnos cuatro cosas bien fuertes para
ponernos sobre nuestros pies y portarnos varonilmente (1 Co.16:13). Esto no es
autosugestión sino uno funcionando como médico para sí mismo porque solamente
uno conoce su propia mente, sus puntos flojos y enfermos. La medicina está
junto a la enfermedad, en el mismo yo personal, acobardado y lánguido.
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