La predestinación divina y los fracasos
Mateo 26: 37,41
"Y tomando consigo a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a entristecerse y a angustiarse… ".
Jesús le advirtió que lo negaría pero él hizo caso omiso a la predicción o mejor dicho la advertencia porque no era un decreto divino que eso le ocurriera sino un aviso y como tal pudo ser evitado si hubiera tomado la adecuada actitud de admisión de esa posibilidad y hubiera pedido la gracia que necesitaba para que no ocurriera lo que sólo era un desenlace natural de su actitud de superioridad sobre sus compañeros y su complacencia consigo mismo.
Las advertencias de pecados no necesariamente implican una predestinación a ellos. Es costumbre de Dios hacer esas advertencias y añadirles oportunidades de solicitud de socorro disponible pero generalmente los advertidos se cruzan de brazos y dejan las cosas correr como van y no se obligan a un cambio dándole seriedad a lo que se les pronosticó.
A Caín se le advirtió, no tanto se le profetizó, que asesinaría a su hermano, pero no hizo nada para quitarse la envidia que lo consumía. A Esaú se le fue mostrando que era un ególatra de su caza y que aunque era un vigoroso cazador delante de Jehová, como Ismael, no vivía delante de Jehová; y paso a paso jugando con sus bendiciones primogénitas, se quedó sin ellas. Judas Iscariote es otro caso. Es cierto que estaba escrito que era hijo de perdición y la Escritura se cumplió, pero usted no lee que haya sido obligado a vender al Señor sino que libremente hizo trato con los demonios y el infierno. La traición a su conciencia fue un factor importante en su suicidio y su codicia en el negocio de la información del paraje de Jesús.
Los impíos no son víctimas de una reprobación ciega sino reos de una justicia vidente que ordena la reprobación. Con todos los textos que afirman que faraón fue levantado para mostrar en él el poder de Jehová, que Judas fue una pieza necesaria en la cruz del Señor, que Pedro le negaría y que los impíos son vasos creados para destrucción, el Gran Alfarero no les puso enfrente sólo el mal para que lo cometieran sino el bien para que lo hicieran, y si ayuda necesitaban para no mirar ni tocar un fruto prohibido, si la hubieran pedido, el proceso de caída hubiera sido impedido por Quien lo estaba mirando. El pecado se convierte en una obligación diabólica, hijo del pervertido esclavo llamado Libre Albedrío y su mujer llamada Yo-y-no-Dios, que descontinúa la comunión con Cristo y el alma soñolienta y muda no quiere ver, oír, ni orar una pequeña hora.
Dios no es el autor del pecado, apostolito caído.
Humberto:
ResponderEliminarLos impíos no son víctimas de una reprobación ciega sino reos de una justicia vidente que ordena la reprobación.
Una de las razones por las que Dios permitió la entrada del pecado en el mundo es para mostrar las consecuencias de la desobediencia, qué opinas al respecto?
Nunca se menciona esto y creo que es obvio.
No niego que la razón principal fuera para mostrar Su carácter, Su Gracia, Su Misericordia, Su Amor, Su Justícia, pero esto no refuta lo anterior.
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Renton, el por qué Dios permitió la entrada del pecado del mundo la Biblia no lo dice, aunque dice cómo solucionar ese asunto. Lo que sí conozco es lo que ha hecho conmigo. Conozco las consecuencias del pecado, y son malas; algunos pecados Dios no ha permitido que yo los cometa y otros me ha dejado cometerlos; tanto en un caso como en el otro no he "pecado de muerte", y me ha sido perdonado, y después de eso no he sido peor cristiano sino tal vez mejor y capaz de "confirmar a mis hermanos". Mi pecado, créanlo o no, nunca ha hecho "división" entre Dios y yo, me ha revelado su amorosa justicia, su paternidad y paciencia, la bendición de la Escritura y el ministerio del Espíritu Santo. He pensado que Dios no estaba tratando de enseñarme las consecuencias de mi pecado sino hacerme un mejor creyente. Me figuro que nuestro padre Adán fue mejor hijo de Dios después de 930 años viviendo en la gracia que lo que había sido por creación, y eso que en ese entonces era hecho "un poco menor que los ángeles" y ya no era tan parecida su imagen y semejanza a la de Dios. La obra de la gracia es superior a la de la creación. Así que supongo que permitió el pecado en Adán no para revelar sus atributos a costa nuestra sino para por medio de su gracia y su perdón hacerlos otros hijos mejores que por creación. Es por eso que Dios no pulverizó Adán y a Eva en el mismo momento en que pecaron, porque podía hacer de ellos una nueva creación, no del polvo de la tierra sino engendrados.
ResponderEliminarHumberto:
ResponderEliminarsupongo que permitió el pecado en Adán no para revelar sus atributos a costa nuestra sino para por medio de su gracia y su perdón hacerlos otros hijos mejores que por creación. Es por eso que Dios no pulverizó Adán y a Eva en el mismo momento en que pecaron, porque podía hacer de ellos una nueva creación, no del polvo de la tierra sino engendrados.
Wow...
Y no solo eso, para evitar que se enorgullecieran, los hombres elevados a dichos estado debían saber que era por Gracia, no por nada bueno en ellos.
Me apunto esa cita para hablarla en mi iglesia!
:D
Oh amigo Renton, qué privilegiados somos con la gracia de Dios, con su elección, su predestinación, su glorificación. ¡Oh su perdón! La única explicación a mano que tenemos de por qué Dios nos ha amado tanto es su propia motivación. ¡Bendito enigma! ¿Verdad?
ResponderEliminar¿Qué es? hermano Humberto lo que llama división entre Dios y usted, ¿detrimento de su salud espiritual? ¿rebeldia? ¿creer en los engaños de satanás y obedecerle?
ResponderEliminarEn realidad, ni siquiera eso explica el por qué de tanta Gracia...
ResponderEliminarBlessings Humbertito!
:]
Blessings, Rentito.
ResponderEliminarAnónimo (por favor usa tu nombre), pensaba en lo que dice Isa. 59:2.
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