Adán y Eva no saltaban de rama en rama
Job 31:13-15
“Cuando ellos contendían conmigo, ¿qué haría
yo cuando Dios se levantase? Y cuando él preguntara, ¿qué le respondería yo? El
que en el vientre me hizo a mí, ¿no lo hizo a él? ¿Y no nos dispuso uno mismo
en la matriz?”.
¿Qué derecho tiene un esclavo? Donde hay cristianismo no debe
haber esclavitud. Job responde que el derecho de sus esclavos es el mismo suyo
y que tanto ellos como él fueron creados por Dios. Job se adelanta a su época,
y si no dio la libertad a los que había comprado con su dinero, en su casa
ellos gozaban de igualdad de derechos. El derecho de un esclavo es el mismo de
un hombre libre. Lo que quiere decir es que en su casa ellos gozan de igualdad
humana. No es menos ser humano un esclavo que un liberto, un empleado que
el dueño. Este derecho e igualdad lo tiene todo hombre por ser igualmente
creado por Dios (Hch.17:26; Sgo.3:9).
¿Qué favor o recompensa le hacen los evolucionistas
darwinianos a la dignidad humana si prefieren descender de los
simios que reconocer que han sido creados a la imagen de Dios? Si se educa a
una generación diciéndole que Adán y Eva es una mentira, que la verdad es que
el hombre es un animal evolucionado, que no hay tal cosa como un Creador de los
hombres, que todos descendemos, o ascendemos de coacervados, parásitos y
bestias, no es extraño que rebajada tanto la dignidad del hombre este tienda a
comportarse como sus ancestros, irracionalmente y dar culto y explotación al
cuerpo sin alma ni semejanza con la deidad.
¿De qué dignidad más elevada se puede hablar que la
de haber sido creados por Dios, todos iguales? Que hablen así todas las
constituciones nacionales. Si los hombres no respetan a Dios porque no creen
que lo haya, ¿cómo se respetarán entre ellos mismos? Si el hombre no es más que
un animal evolucionado, pero siempre un animal superior y desarrollado, ¿es
cosa extraña que no halle justificación para no robar, matar, y fortalecerse
para consumir a los otros y pelear por la supervivencia? Algo andará siempre
mal si definimos al hombre como sólo un animal con sabiduría. Si en verdad
fuéramos animales desarrollados no tendría ningún inconveniente en aceptar a
mis ancestros pero no tendría la gloria que tengo al pensar que he sido creado
por un Dios sabio y bueno y que me hizo parecido a sí mismo. Me robarían la
admiración de ser hombre.
Cuando los hombres se consideran animales bípedos, y
se les explota sin humanidad, y llegados hasta ese punto por un largo y
terrible recorrido de selección natural de adaptación y fuerza, no es extraño
que se discriminen entre ellos mismos, se masacren, difamen y se entreguen a
pasiones bestiales contra las cuales pudieran usar la razón humana para
resistirlas, y el Espíritu de Dios para cambiarlas (Jud.1:10). No somos una
manada de monos erguidos, y Adán y Eva no saltaban de rama en rama comiéndose
una banana.
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