Recuperación de un Creyente y un Líder
Jueces 16. 18-22
Viendo Dalila que él le había declarado todo lo que había en su corazón, mandó llamar a los príncipes de los filisteos, diciendo: Venid una vez más, porque él me ha declarado todo lo que hay en su corazón. Entonces los príncipes de los filisteos vinieron a ella y trajeron el dinero en sus manos. [19] Y ella lo hizo dormir sobre sus rodillas, y mandó llamar a un hombre que le rasuró las siete trenzas de su cabellera. Luego comenzó a afligirle y su fuerza le dejó. [20] Ella entonces dijo: ¡Sansón, los filisteos se te echan encima! Y él despertó de su sueño, y dijo: Saldré como las otras veces y escaparé. Pero no sabía que el Señor se había apartado de él. [21] Los filisteos lo prendieron y le sacaron los ojos; y llevándolo a Gaza, lo ataron con cadenas de bronce y lo pusieron a girar el molino en la prisión. [22] Pero el cabello de su cabeza comenzó a crecer de nuevo después de rasurado.
Voy hacer cinco observaciones para introducir el asunto.
(1) La primera es una palabra de advertencia.
La recuperación de un creyente que ha pecado es algo muy raro y difícil. Basta leer la epístola a los Hebreos, capítulo 6, para conocerlo, que no es posible recuperarse después de haber hecho afrenta al Espíritu de Gracia y tenido por inmunda la sangre de Cristo, y aún más cuando es un creyente que ha sido cristiano desde su niñez y haber tenido padres piadosos, que es el caso de Sansón o de David.
(2) Esta palabra tiene esperanza porque ha habido especiales precedentes de restauración y alguno puede decir, “oh Dios como recuperaste a fulano recupérame a mí, si no has dado toda tu misericordia, si te queda bendición, dame a mí también”.
(3) Debo aclarar que la recuperación de Sansón es única porque es según Dios no según los hombres, no por obras sino por gracia. Observa que se fue restableciendo el pacto de su nazareato.
(4) Eso quiere decir que fue completa porque vino con cambio y perdón. No lees que se hubiera recuperado porque le crecieran las uñas o los pelos de las manos o porque hiciera ejercicios o artes marciales. Hay diferentes clases de recuperación pero la más valiosa es en relación con Dios. Hay quienes se recuperan del alcohol, de la droga, como esposos, eran adúlteros y ahora fieles, pero no en la gracia de la cual han caído.
(5) Incluye todas. Eso quiere decir que fue una recuperación salvadora no hecha por manos humanas, las manos de los médicos, sociólogos o sicólogos sino por el Espíritu Santo, la Palabra de Dios y la oración. Cuando el pelo de Sansón comenzó a crecer el pacto se fue restableciendo, milímetro a milímetro o pulgada a pulgada. Cada día podía más. Los filisteos pensaron que no se recobraría jamás, pero se equivocaron. Su caída no fue definitiva.
I. Esta experiencia da confirmación a una doctrina muy bautista, la perseverancia de los santos, que todos los creyentes están en la mano de Jesús y nadie puede arrebatarlos de ahí, que una vez en la gracia siempre en la gracia y que son elegidos por Dios desde el nacimiento (Jue 13:4,5); y eso lo leemos en los períodos más antiguos de la revelación, en Sansón y en Pablo, Ga 1:15. La raíz misma de la perseverancia es la elección de Dios. Es su principio, su razón, su cimiento, la causa. No es el libre albedrío ni la voluntad humana sino la de Dios. Si no hubiera elección no habría perseverancia. El que comenzó la obra de la salvación la termina. La perseverancia es perseverancia de la gracia. No puede perderse ninguno de aquellos que Dios ha elegido desde el vientre de su madre, se pierde sólo el “hijo de perdición” (Jn 17:12). Un creyente no puede morir en pecado sino en victoria.
II. Los cristianos auténticos se recuperan cuando son puestos de rodillas como Sansón (vv.23-31). Las consecuencias de sus pecados lo postraron y oró a Dios. Se acabó el juego con el pecado. La pérdida de los ojos fue grande. Perdió el prestigio. El diablo lo convirtió en un juguete. El ridículo. Se sentía con culpa. Lo abatía la vergüenza. Todas esas cosas lo humillaron. Y aunque no tenía fuerzas para vencer su situación la tenía para orar. Halló fuerzas para arrodillarse.
(1) Pienso que su recuperación anima la oración de todos los pecadores porque su oración no es una belleza, no es perfecta. Regresa a la realidad de Dios y punto. Tiene defectos. No ora por la gloria de Dios, ni siquiera es una oración de confesión, sino por “mis dos ojos” y por venganza. Pero oró. Y ¿por qué Dios contesta una oración de tan mala calidad? Por la misma razón que contesta las nuestras. Por el propósito que tiene con su obra. El propósito de Dios es mayor que nuestras oraciones.
(2) Cuando clama a Dios declara su impotencia para hacer algo y entonces es fortalecido de forma sobrenatural y eso se nota en que su pelo creció rápido no se demoró meses ni años. Dios podía haber usado otro contra los filisteos. Elegir alguien más. No lo hizo. Mientras Dios no termine su propósito contigo no tienes substitutos. ¿Puede Dios usar a un pecador que es recobrado? Sí, y de modo poderoso. Si es tu caso, en tu segunda gracia puedes ser más útil que en la primera, después de tu pecado mejor que antes porque Sansón mató más filisteos después de su recuperación que antes. Dios pensaba continuar usándolo.
(3) Y una palabra final para los que no han pecado en el Espíritu sino en la carne, que nunca han estado en Cristo. Cuando Dios recobra a uno de sus hijos lo perdona doblemente, entonces ¿no te perdonará a ti que nunca has estado si oras?
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