Debemos preservar nuestra civilización cristiana



NUMEROS 31:13-20
“Matad a todo varón entre los niños y a toda mujer que haya conocido varón”.

¿Cómo es eso Señor, que ordenes una masacre infantil y a sus madres? ¿De qué otra cosa, van a purificarse si no es de esto que tú mismo ordenaste que hicieran? Esto es “ojo por ojo y diente por diente” aplicado a los enemigos en la guerra. Los moabitas hacían lo mismo, los hubieran eliminado a ellos del mismo modo; y por consejo impío de Balaam el pueblo había sufrido una baja de 24,000 personas (25: 9). Lo que hoy diríamos, masacre por masacre, crimen por crimen. Sin embargo, hoy en día el Dios de Israel, sin Jesucristo, existiría sólo dentro de un marco histórico caduco, no sería el Dios de esta civilización. Ni siquiera el AT sería leído. No existe una evolución de Dios sino una nueva revelación cuando el mundo era muy diferente a lo que es hoy; en Jesucristo, como quien dice, Dios se actualiza; la civilización cristiana es una idea de Dios que debemos preservar, mejorar y conservar, en espíritu y valores. Los pulpitos y las iglesias tienen la encomienda, predicando el purísimo evangelio con fuego del cielo, diferente al de la tierra.





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