Si no hay Dios, busca el árbol y la cuerda de Judas
Salmo 14:1
“Dijo el necio en su corazón: No
hay Dios”; la Biblia habla bastante sobre esta clase de hombres, que en
realidad es más grande de lo que uno imaginaría. Estrictamente no se trata de
un grupo, una casta, sino de la humanidad. Si lees el contexto, el
Espíritu no se refiere a una sociedad determinada ni a ciertos enemigos judíos
que tuviera David sino a todos los hombres, a lo que son ellos por naturaleza.
Eso quiere decir que cada ser humano tiene escrito en su corazón, a pesar de
haber ser hecho a su imagen y semejanza, estas tres palabras: “No hay Dios”; o
sea, el ateísmo es innato, cada descendiente de Adán viene a este mundo
como un incrédulo, negando la existencia misma de Dios. Y si el corazón humano
está lleno de ídolos, en resumen eso es idolatría.
Pero habría que aclarar que de
modo práctico. El ateísmo filosófico, el que dicen algunos que lo sostienen
porque no es científico, de ese no habla la Biblia; pienso que no porque no
hubiera ateos de esa clase en el largo período en que ella fue escrita sino por su procedencia, porque
proviene del otro, quiero decir, que el ateo filosófico dice “no hay Dios”
porque no quiere que haya Dios, por alguna razón en su carne o historia
personal, generalmente ética, o porque no quiere ser como alguien que conoce
que cree en Dios. No es tan importante el último como el primero, por eso la
Biblia no lo menciona, no hace énfasis en hombres de esa forma de pensar, no
los toma en serio. A los que sí define como ateos son a los que viven como
ateos, los que no tienen en cuenta a Dios para nada, que actúan como si no
existiera y hasta profesan alguna religión.
Mi alma se rebela contra la
concepción de que en el mundo no haya Dios. Es una negación intelectual
demasiado grande para ser admitida. No he creado a mi propio dios porque me
haga falta. Dios existe y tiene que existir porque de lo contrario, nada
tiene razón para existir si él no existiera. Si Dios no existe, vivimos en un
mundo descabellado y cruel. Si no hay Dios, la realidad de existir apenas
existe. La vida humana sería como un juego ciego o una obra de teatro, a veces
burlesca, otras trágica, pero las más, tonta o espantosa. Si Dios no nos creó
sino que la Casualidad nos hizo y
evolucionamos desde los unicelulares a monos y nada debe explicarse con un
propósito o finalidad; concluyo que nos hizo una broma de mal gusto y la mejor
venganza contra ella es el árbol y la cuerda de Judas. ¡Oh Dios, que razón más
grande eres tú mismo!
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