Jueces, acusadores, y burlones

Marcos 15:6-20

(Mt. 27:15-31; Luc. 23:13-25; Jn. 18:38--19.16)
 6 Ahora bien, en el día de la fiesta les soltaba un preso, cualquiera que pidiesen.7 Y había uno que se llamaba Barrabás, preso con sus compañeros de motín que habían cometido homicidio en una revuelta.8 Y viniendo la multitud, comenzó a pedir que hiciese como siempre les había hecho. 9 Y Pilato les respondió diciendo: ¿Queréis que os suelte al Rey de los judíos? 10 Porque conocía que por envidia le habían entregado los principales sacerdotes.11 Mas los principales sacerdotes incitaron a la multitud para que les soltase más bien a Barrabás. 1213 Y ellos volvieron a dar voces: ¡Crucifícale! 14 Pilato les decía: ¿Pues qué mal ha hecho? Pero ellos gritaban aun más: ¡Crucifícale! 15 Y Pilato, queriendo satisfacer al pueblo, les soltó a Barrabás, y entregó a Jesús, después de azotarle, para que fuese crucificado. 16 Entonces los soldados le llevaron dentro del atrio, esto es, al pretorio, y convocaron a toda la compañía.17 Y le vistieron de púrpura, y poniéndole una corona tejida de espinas, 18 comenzaron luego a saludarle: ¡Salve, Rey de los judíos! 19 Y le golpeaban en la cabeza con una caña, y le escupían, y puestos de rodillas le hacían reverencias.20 Después de haberle escarnecido, le desnudaron la púrpura, y le pusieron sus propios vestidos, y le sacaron para crucificarle. Respondiendo Pilato, les dijo otra vez: ¿Qué, pues, queréis que haga del que llamáis Rey de los judíos?




Esta es una porción bastante amplia, pienso yo para mis resumidos comentarios; y aunque a primera vista me parece que los exceden trataré entonces de verter lo indispensable sin que afecte la emoción que me produce, siendo compacto. Causa pesar ver el comportamiento de los soldados romanos influidos a tal modo por el bajo espíritu de los judíos, o comprados por ellos, que no es justificable que le trataran de ese modo con tanto desprecio y crueldad, uniendo las burlas a los malos tratos, y haciendo una fiesta penosa sin ningún sentimiento humano de compasión y justicia.

Hacían méritos al burlón título dado por Pilato y los judíos, "Rey de los judíos" (v. 9); así se congraciaban con él, y con los otros estaban a sus anchas mofándose del desprotegido e inocente reyezuelo, y le pusieron no una corona de juguetes sino una dolorosa, tejida por ellos, de espinas (v. 17) y lo vistieron con un manto rojo similar al de los reyes. Humanamente todo eso parece un abuso desde un extremo al otro, sin ley y sin respeto alguno para un hombre y un ciudadano, que conociendo su inocencia haciéndole el juego a las autoridades y a la sociedad lo ofendían y torturaban, como si se tratara de un delincuente peor que Barrabás. La tortura de los presos siempre ha estado presente en las cárceles del mundo y este es un viejísimo ejemplo de esa barbarie perpetuada aún en este siglo XXI. La humillación, la burla y el desprecio fueron el trago más amargo que tuvo que beber Jesús, incluso hasta la cruz (v. 35), que sobrepasa las heridas sobre el cuerpo.

El papel que Pilato jugó en todo este proceso no merece la más pequeña defensa, que siendo un hombre con tanta autoridad se dejara llevar por complacencia hacia los judíos y satisfacerlos hasta el extremo de canjearlo por un asesino convicto que sí merecía la ejecución y no la libertad, pero él y los otros preferían ver en la calle a una amenaza pública que a un hombre honrado distribuyendo panes y peces a los hambrientos, devolviendo la vista a los ciegos, sanando a los leprosos y resucitando los muertos; porque no eran amantes de lo bueno (Tit 1:8). Tal benefactor según ellos no les convenía y merecía por tanta prodigalidad y bondad que lo mataran sin juicio alguno, como en una corte sumaria, mientras que al otro por una costumbre introducida por los romanos en la fiesta de la Pascua, lo ponen en la calle para que hiciera lo que le viniera en gana, es decir se juntara de nuevo con sus compañeros y continuara el trayecto de aterrorizar a los ciudadanos.

Pilato es indigno de ser procurador y representante de la ley y del orden cuando siendo más politiquero que juez, consulta a la odiosa turba qué sentencia le pondría al supuesto transgresor, y sin consultar ningún código legal los satisface cuando ellos de común acuerdo le piden la muerte por crucifixión. Ni aunque se lave las manos mil veces, quien reprochado por su mujer, puede quitarse la culpa y su total responsabilidad por haber actuado indignamente en la conducción de la liberación o muerte de Jesús. Poncio Pilato, los judíos y los soldados romanos formaron el conglomerado de jueces, acusadores y burlones, que en breve hicieron una cruz para clavarlo.

Comentarios

  1. Humberto:
    La humillación, la burla y el desprecio fueron el trago más amargo que tuvo que beber Jesús, incluso hasta la cruz (v. 35), que sobrepasa las heridas sobre el cuerpo.

    Te has parado alguna vez a pensar lo humillante que tuvo que haber sido para un ser que es en esencia Dador, Sustentador y Necesario (desde el punto de visto filosófico), te has parado alguna vez a pensar, decía, lo humillante que tuvo que haber sido para Dios el tener que necesitar?

    La sensación de hambre, sed, cansancio, dolor, la humillación de las necesidades fisiológicas, etc...

    Eso en lo físico, pero y en lo espiritual?

    Lo mismo.

    Jesús vivió toda su existencia bajo la dependencia total del Espíritu Santo.

    El Sustentador vivió como necesitado.

    El Fuerte -Elohim- como un débil.

    Solo eso, simplemente el hecho de encarnarse en un homnre, tuvo que ser terriblemente humillante, si a eso añadimos el desprecio de los des-Gracia-dos de turno, tenemos humillación sobre humillación...

    Y todo ello por nosotros.

    Qué verguenza cuando a veces callamos y no damos testimonio por verguenza, por el qué dirán...

    Hum:
    Pilato es indigno de ser procurador y representante de la ley y del orden cuando siendo más politiquero que juez, consulta a la odiosa turba

    Siento disentir, el interés de Pilato era procurar el orden en la región.
    Si para ello tenía que sacarse de encima a un alborotador que escandalizaba a unos cuantos supersticiosos semitas, él se veía en la obligación de hacerlo.

    No hago apología pilatiana, simplemente explico que su obligación era para con la estabilidad, no para con la Justicia.

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  2. Renton, no me “he parado a pensar” particularmente en eso de la sed, el cansancio, etc,; pero sí en lo que dices sobre el hecho mismo de aparecer “en semejanza de carne de pecado” y eso en el hecho que estaba “en forma de Dios” (Ro. 8:3; Flp. 2).

    Eso que dices, “simplemente explico que su obligación era para con la estabilidad, no para con la Justicia”; está duro. Su deber político, para su interés personal, su posición, era mejor eliminarlo, pero su obligación, que debía ser la justicia del derecho romano, era abolir la injusta costumbre de soltar un preso convicto y matar en su lugar a un inocente que él mismo sabía que por envidia lo habían entregado (Mt. 27:15-18). Pilato no entregó a Jesús a los judíos para evitar una revuelta sino porque lo amenazaron con decirlo al César y hacer peligrar su designación (Jn. 19:12); eso que tú dices sobre “la estabilidad” no se menciona que lo preocupara porque si no lo amenazan de ese modo, lo suelta, “desde entonces procuraba Pilato soltarle”. Y se lo dijo, “¿No sabes que tengo autoridad para crucificarte y para soltarte?” (Jn. 19:10). A Pilato no le interesaba Jesús y por eso, indiferente “se lavó las manos”; hubiera hecho mejor que siguiera el consejo de la pesadilla de su mujer esa noche, que no tuviera nada que ver “con ese justo” (Mt. 27:17-19). ¿No sería eso una revelación de Dios para que no se lavara las manos, y ¡como juez no le preguntara a los acusadores que tenía que hacer con el acusado!? Dice Gill que ese sueño no era del diablo para evitar la muerte de Jesús sino de Dios. Es mi opinión, pero puedes pensar a tu modo.

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