Estan poniendo el mundo patas arriba




“Se celebró una boda en Caná de Galilea, y estaba allí la madre de Jesús” (Jn. 2:1-12).


Bíblicamente el matrimonio no se define sólo como una “pareja” tal cual hoy se dice, “mi pareja” para indicar que viven juntos como marido y mujer sin casarse. También eufemísticamente se llaman “novios” cambiándole el significado a la relación. Es una unión carnal sin compromiso ni tiempo definido, sin estar legalmente casados.

Esa no fue la clase de unión que se festejaba en Caná a la cual Jesús y sus discípulos asistieron. Eran verdaderamente novios sin haber tenido contacto físico pero deseaban hacer pública su decisión de vivir como marido y mujer, formar una familia civilmente constituida. Esa unión fue la que el Señor santificó con su presencia.

El compromiso forma parte de la definición de un matrimonio bíblico y es visto como un yugo, igual que cualquiera otro mandamiento de Jesús (Mt. 11:29). Sin esas ataduras (“cuerdas de amor”, Oseas 11:4) no se puede criar una familia; se pueden engendrar hijos pero no criarlos juntos por la problemática misma que implica la unión de dos vidas. Una familia no es algo que brota simplemente con la unión sexual sino que se forma con esfuerzos del carácter de ambas partes, con ayudas, perdones y olvidos. La resolución de construirla tiene que ser firme para ayudar a las tormentas que trae la vida de casados.


El tipo de persona egocéntrica que está formando esta sociedad es la que ha hecho que se debiliten y redefinan todas las antiguas instituciones humanas y fraternales; por el deseo egoísta de cada cual de velar por sus intereses y felicidad y no por la de los demás. ¿Por qué hay que anular esos trámites legales como innecesarios u obsoletos? ¿No es más bien por libertinaje y sensualidad?


Además, es obvio que en Caná de Galilea la boda era heterosexual; o sea se casaba un hombre con una mujer, como honorablemente ha sido desde Adán y Eva. Aun Caín, envidioso y homicida y que huía de Dios todo lo que podía, cuando ya había muchísimas mujeres en el mundo, salió muy lejos hasta tierra de Nod a buscar una para casarse (Ge. 4:17). Con un sexo ya dañado por el pecado engendró a Tubal-Caín y a este le pareció poca una mujer y tuvo dos. Y ahí empezó la poligamia y quizás los harenes, pero en toda su genealogía no hubo ni un solo homosexual. En el mundo entero no había ni uno. Después de ellos, entre los paganos, aparecieron los “inventores de males” (Ro. 1:30), cuando ya en la teología del sexo no se hallaba Jehová.

Ya más para acá. Es imposible pensar en Jesús, Pedro, Juan o María asistiendo al “matrimonio” de dos hombres o dos mujeres. Eso es impensable, y sería injusto acusarlos de ser personas con mentes cerradas y homofóbicos, que no comprenden que Dios es amor y quiere que cada uno sea feliz a su manera, porque lo importante es que se amen y se sientan bien el uno con el otro y dictarles lo contrario es obligarlos a una unión que ellos no desean.

Dicen que tienen el derecho de hacer con sus vidas lo que quieran y la sociedad está obligada a respetarles su decisión, y las iglesias recibirlos, apoyarlos, ministrarlos y casarlos. No tienen el NT como palabra de Dios y afirman que es un error cultural de quienes escribieron en contra, y que por esa razón “hormonal” no puedan participar de la esperanza cristiana de la resurrección de un cuerpo glorioso. Si hoy el NT se escribiera, piensan, diría lo que ellos dicen y no lo que Jehová y Pablo dijeron, y por eso andan descabellados queriendo referirse a Dios con el artículo o pronombre neutro; y los discípulos harían más énfasis en el amor al prójimo que en enseñarles al mundo reglas morales que se vuelven prejuicios en la conducta y obstaculizan la asistencia de personajes eclesiásticos que rechazan ir a la fiesta y enviar sus regalos. La meta de los habitantes de Sodoma no es saciarse con las hijas de Lot, el sexo de ellos les pide más, corromper sexualmente a los ángeles y a Dios si pudieran (Ge. 19:9). Están locos los habitantes de Sodoma poniendo el mundo patas arriba.


Comentarios

  1. Muy bien dicho hermano, el matrimonio no es invención humana, sino divina. Fue Dios mismo quien especifico lo que es el matrimonio, el cual está siendo tan dañado en estos tiempos de libertinaje y perversión. Se necesita con urgencia, predicar lo que realmente es el matrimonio ha esta nueva generación. Que Dios le bendiga.

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  2. L. Ramos, exactamente como dices. Lo conoces bien. Bendiciones.

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  3. ¡Acertadísimamente como siempre este post!
    Me gusta venir por aquí porque encuentro descanso de tantas cosas y tonterías que hay hoy en día, incluso de los muchos pecados que se han metido y solapado en la iglesia ¡ay!
    Gracias hermano por permanecer con la antorcha en alto. Muy cierto lo que escribe.
    Bendiciones!!!!

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  4. Isa, gracias por tu apoyo. Distribuyamos estas verdades de la Biblia. Bendiciones.

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